Calderón, que asegura andar posando y viviendo de la piedad y compasión de sus amigos, señala que su esposa e hijos, le dan la espalda y los acusa de apropiarse de todo lo que le pertenecía, incluida una casa de 19 de frente por 25 varas de fondo ubicada en la entrada al reparto Belén, muy cerca del mercado municipal.
Su esposa, Ana Alicia Umaña Gutiérrez, 63 años, señala que Calderón, ya hizo su vida, pero que ese es su asunto, pues lo que reclama, solo le cuesta a ella y a sus hijos, incluso la casa y una finca que no mete en su patrimonio y que según refiere también le cuesta a ella y a sus hijos.
Calderón, con llanto y pesar, expresó, que después de haberle dado todo a su familia, ahora ni la que fue su esposa y tampoco sus hijos quieren saber nada de él y lo peor de todo es que han llegado al extremo de negarle un plato de comida y una habitación por lo que anda durmiendo donde los amigos.
Doña Ana, lo señala de ser un “vividor” y negar que con el dinero de ella y de sus hijos, compró una finquita en El Aguacate, y negó, que la casa que reclama sea de él, todo ese patrimonio lo hice yo con ayuda de mis hijos, sostiene, aunque la escritura original de la casa la tiene Calderón en su poder, pero su exesposa, asegura que el documento lo adquirió con artimañas porque originalmente la casa estaba a su nombre y de sus hijos.
La refriega, que parece no tener fin ya fue del conocimiento del juzgado de familia, donde Calderón, ganó el caso, pero al pasar a la vía civil, quedó estancado porque el fotógrafo aduce no tener dinero para continuarlo.
Su exesposa, dice que había un acuerdo de darle mensualmente a Segundo, 150 dólares, una habitación y comida, mientras viviera, pero como se negó a recibir la pensión y solo llega a ofenderla a ella y a sus hijos, ahora no le darán nada y que no quieren verlo, porque ya existe una orden de alejamiento.
Calderón, refuta y pide apoyo de la justicia, mientras demanda que le entreguen 10 mil dólares y se olvidará de que su familia existe.
Alberto cano
