Báez, que siempre ha cuestionado no solo las elecciones en el país, sino la independencia de poderes y la corrupción, estuvo en Güisquiliapa, donde oró para que en el país impere la calma sobre todo en el norte del país después de la disputa electoral.
Monseñor, Silvio Báez, ha sido criticado por el presidente, Daniel Ortega, quien lo llamó “Bravucón” por no haber ejercido el voto, contrario al cardenal Leopoldo Brenes, que sí votó y cuyo acto privado fue ampliamente destacado no solo por la prensa sandinista.
Decenas de católicos, que aprovecharon la llegada de Báez, junto al nuevo sacerdote de la comunidad, el padre, Edgar Rodríguez, se acercaron al segundo de la arquidiócesis para mostrarle su solidaridad por los comentarios del mandatario, Daniel Ortega, mientras que el Obispo, solo comentó rápidamente el asunto desde el púlpito sin ofrecer mayor detalle de lo que piensa a quienes dieron cobertura a la actividad religiosa.