Sin el debido sustento, al menos hasta ahora, hay quienes aseguran que un grupo de sacerdotes españoles que llegó a Jinotepe en la década de los setenta, se habrían enamorados de las campanas que originalmente tenía la parroquia y al parecer en su lugar se colocaron las actuales. Al párroco y vicario, padre, Juan de Dios García, dice que eso no le consta, lo que dice recordar es que para las misas del Niño Dios, siendo el niño, las campanas las escuchaba en Dolores, su ciudad natal.
Confirmó que las campanas están fracturadas y que es difícil repararlas, porque sus componentes son: Oro, plata, bronce y acero, y deben ser trasladadas a España, Alemania, o a Italia, para ser restauradas, para eso que su costo ronda los sesenta mil dólares, y no se cuenta con el dinero.
Ahora el tañido, se escucha solo en pocas cuadras y se tocan cuando es necesario, según el párroco, es decir, cuando corresponde redoblar para un difunto, o cuando sale el patrono de la ciudad, Santiago Apóstol.
