Miércoles 24 Abril 2024
Nacionales

Desarrollo a secas: Cuando no tener agua no es una pesadilla

Por: Inés Molina Jiménez
        Patricia Zuniga

Todo está oscuro, caminas entre arbustos, y llevas a hombros un pesado recipiente con agua. Tienes hambre y desearías estar en la cama, bajo tu sabana para no aguantar esos serenos de las madrugadas de enero…Suena la alarma; era una pesadilla… ¡Para vos lo era!, pero no para la mayoría de las mujeres que habitan en las comunidades rurales de Nicaragua, donde la falta de agua potable en sus viviendas les obliga a levantarse de madrugada todos los días; caminan entre piedras, sobre caminos polvorientos, jalan del mecate o sumergen sus manos en una pila con agua fría.

Pero para vos siguen siendo las seis de la mañana, y probablemente te estés levantando, y luego abrirás el grifo para bañarte, lavarte los dientes o prepararte un humeante y oloroso café. 

En ese mismo instante, a 155 kilómetros de Managua, la capital de Nicaragua, se encuentran tres comarcas, donde el agua es intomable, viscosa y tiene siempre una que otra hoja de malinche u otro árbol que deshoja sobre los pozos.

“La dificultad de acceso de la mujer…a las infraestructuras en zonas rurales

limita sus posibilidades de reducir la pobreza y el hambre”,

 

según ONU Mujer

 

Y es que a mujeres como Keyling, Mirna, María Isabel y Silvia ─estudiante, maestras y mujeres organizadas─, la falta de agua potable les data desde siempre, nunca han tenido la dicha de tener servicio de agua potable. En sus viviendas, escuelas y centros de salud, les ha tocado duro; tener que asumir el acarreo y el almacenamiento de agua, cuando hay. Cada vez los pozos deben ser perforados más y más profundos. Esa es su realidad, asumir esas tareas y a veces corriendo muchos peligros. Es esta una labor con incalculables aportes para el desarrollo de una de las zonas secas de Nicaragua.

Caminos casi desérticos y de vez en cuando un viento caluroso sopla. Cuando llegas a las comunidades, en horas de la mañana, incluso de madrugada, miras a muchas mujeres con sus hijas llenando baldes, botellas, panas, bidones, ollas, y cualquier otro recipiente que esté a mano, con tal de almacenar el agua que seguro les hará falta en el transcurso del día. Antes, sí, llevan el primer recipiente con agua hasta la cocina para poder hacer el desayuno donde no falta la tortilla de maíz palmeada en horas tempranas.

Las vidas de Keyling, Mirna, María Isabel y Silvia, transcurren en estas comarcas de la zona rural del Occidente de Nicaragua, ubicadas en el municipio de Larreynaga, más conocido por el nombre de su cabecera municipal, Malpaisillo, cuya población es en un 80,19% rural.

En el Piñuelar hay 354 pozos activos, 105 en Valle de Las Zapatas y 248 en El Barro. Estos 707 pozos deberían ser suficientes para las 3956 personas, en su mayoría niños, niñas, jóvenes y mujeres, que habitan en estas comunidades. Pero la realidad es que de cada pozo activo cada persona consume entre 1 y 8 litros por día. Aún en Valle de Las Zapatas, una de las doce comarcas donde sí cuentan con un miniacueducto, las 236 familias que se abastecen reciben un chorrito de agua cada 3 horas y media, tiempo que tarda el tanque en llenarse.

Al igual que en muchas partes del mundo aquí continúa creciendo la demanda de agua potable, más grave la situación en estas pequeñas y empobrecidas comunidades, ubicadas en una de las zonas secas de Nicaragua. Estas carencias someten a la población a un círculo vicioso de pérdida de tiempo y dinero, al permanecer constantemente expuesta a enfermedades como la diarrea o la neumonía que causan la muerte de miles de infantes cada año.

  • De acuerdo a datos del Programa de Monitoreo Conjunto (JMP por sus siglas en inglés) de la OMS - UNICEF, Nicaragua pasó de tener una cobertura de agua potable del 74% en 1990 al 85% en 2011. Desafortunadamente el avance ha sido modesto en el área rural donde aún el 60% de la población no tiene acceso a servicios eficientes de agua potable.

  • En relación al saneamiento el desafío es aún mayor. Según el JMP el 48% de la población de Nicaragua no cuenta con instalaciones sanitarias adecuadas, una situación que se agrava en las áreas rurales en donde hasta un 63% de la población no ha accedido a estos servicios.

·         En Larreynaga, el Plan Ambiental de este municipio señala que: “Por la implementación del monocultivo del algodón y el arroz se despalaron grandes extensiones de terreno, creando condiciones climáticas adversas, altas temperaturas en la época seca y largos períodos de sequía…la escasez de agua se deja sentir en la población, se dificulta la actividad ganadera y casi ha desaparecido la fauna silvestre”. 

Las mujeres y las adolescentes rurales, se enfrentan a continuas limitaciones estructurales, como la falta de agua potable, que les impiden disfrutar plenamente de sus derechos humanos y dificultan sus esfuerzos por mejorar sus vidas.

En estas tres comarcas se concentra el 50% de la actual demanda de cobertura del servicio de agua potable. Una de cada cuatro personas consume agua de mala calidad en 28 de las 48 comarcas del municipio de Larreynaga. La causa es que no se aplica ningún tipo de tratamiento, como clorar, hervir o filtrar, antes de consumirla.

La voz de alerta al Estado desde el municipio de Larreynaga está documentada en el Diagnóstico sobre la situación de agua y saneamiento en 28 comarcas de Larreynaga, investigación elaborada entre octubre y noviembre de 2014 por la organización de sociedad civil Xochilt Acatl.

Según este estudio de los 2048 pozos activos sólo 5 son de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal). Esto demuestra que el derecho al agua ha estado autogestionado por cada una de las 3857 familias.

Empecemos a hablar

Según el reportaje publicado el 25 de abril en el diario La Prensa de Nicaragua titulado el Escasez de agua ya es alarmante, para Ruth Selma Herrera, ex presidenta ejecutiva de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), la situación del agua está en su punto crítico porque el agua subterránea está escaseando y la afectación se siente con mayor fuerza en la zona norte, central y del Caribe del país.
 
“…En la mayoría de las ciudades hay escasez de agua, una de las principales causas es que nosotros hemos dejado de usar los ríos, lagos y lagunas como primera fuente.  
 
La FAO dice que no debemos acabarnos el agua subterránea porque esa la debemos dejar como la reserva estratégica para el consumo humano, pero nosotros en Nicaragua desde hace muchos años estamos usando la fuente subterránea”, explicó Herrera.
 
Mientras tanto el especialista Henry González dijo que se debe apostar a la resiliencia en el cambio climático, porque hay una sobreexplotación del recurso, un mal manejo y es necesario fortalecer las políticas públicas en torno al tema del agua potable. “Desde el punto de vista técnico estamos creyendo en la restauración de la cuenca hidrológica, debemos estar preparados para los cambios climáticos, hay que apostar a la resiliencia para poder hablar de seguridad alimentaria, pero antes hay que hablar de seguridad hídrica”, comentó González.

No habrá ODS sin ODM

A partir del primero de enero de 2016, el Gobierno de Nicaragua se comprometió a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) pero antes, ¿rendirá cuentas públicamente sobre el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM)? En particular, ¿rendirá cuentas sobre la 7.C?



Fuente: Objetivos de Desarrollo del Milenio, Informe de 2015. Pág. 9

 

Mientras el Gobierno de Nicaragua divulga ampliamente el Informe de 2015 sobre el Cumplimiento de los ODM, sólo nos queda empezar el debate, ¿qué tan fácil te es disponer de agua potable?

Por: Inés Molina Jiménez
        Patricia Zuniga

Todo está oscuro, caminas entre arbustos, y llevas a hombros un pesado recipiente con agua. Tienes hambre y desearías estar en la cama, bajo tu sabana para no aguantar esos serenos de las madrugadas de enero…Suena la alarma; era una pesadilla… ¡Para vos lo era!, pero no para la mayoría de las mujeres que habitan en las comunidades rurales de Nicaragua, donde la falta de agua potable en sus viviendas les obliga a levantarse de madrugada todos los días; caminan entre piedras, sobre caminos polvorientos, jalan del mecate o sumergen sus manos en una pila con agua fría.

Pero para vos siguen siendo las seis de la mañana, y probablemente te estés levantando, y luego abrirás el grifo para bañarte, lavarte los dientes o prepararte un humeante y oloroso café. 

En ese mismo instante, a 155 kilómetros de Managua, la capital de Nicaragua, se encuentran tres comarcas, donde el agua es intomable, viscosa y tiene siempre una que otra hoja de malinche u otro árbol que deshoja sobre los pozos.

“La dificultad de acceso de la mujer…a las infraestructuras en zonas rurales

limita sus posibilidades de reducir la pobreza y el hambre”,

 

según ONU Mujer

 

Y es que a mujeres como Keyling, Mirna, María Isabel y Silvia ─estudiante, maestras y mujeres organizadas─, la falta de agua potable les data desde siempre, nunca han tenido la dicha de tener servicio de agua potable. En sus viviendas, escuelas y centros de salud, les ha tocado duro; tener que asumir el acarreo y el almacenamiento de agua, cuando hay. Cada vez los pozos deben ser perforados más y más profundos. Esa es su realidad, asumir esas tareas y a veces corriendo muchos peligros. Es esta una labor con incalculables aportes para el desarrollo de una de las zonas secas de Nicaragua.

Caminos casi desérticos y de vez en cuando un viento caluroso sopla. Cuando llegas a las comunidades, en horas de la mañana, incluso de madrugada, miras a muchas mujeres con sus hijas llenando baldes, botellas, panas, bidones, ollas, y cualquier otro recipiente que esté a mano, con tal de almacenar el agua que seguro les hará falta en el transcurso del día. Antes, sí, llevan el primer recipiente con agua hasta la cocina para poder hacer el desayuno donde no falta la tortilla de maíz palmeada en horas tempranas.

Las vidas de Keyling, Mirna, María Isabel y Silvia, transcurren en estas comarcas de la zona rural del Occidente de Nicaragua, ubicadas en el municipio de Larreynaga, más conocido por el nombre de su cabecera municipal, Malpaisillo, cuya población es en un 80,19% rural.

En el Piñuelar hay 354 pozos activos, 105 en Valle de Las Zapatas y 248 en El Barro. Estos 707 pozos deberían ser suficientes para las 3956 personas, en su mayoría niños, niñas, jóvenes y mujeres, que habitan en estas comunidades. Pero la realidad es que de cada pozo activo cada persona consume entre 1 y 8 litros por día. Aún en Valle de Las Zapatas, una de las doce comarcas donde sí cuentan con un miniacueducto, las 236 familias que se abastecen reciben un chorrito de agua cada 3 horas y media, tiempo que tarda el tanque en llenarse.

Al igual que en muchas partes del mundo aquí continúa creciendo la demanda de agua potable, más grave la situación en estas pequeñas y empobrecidas comunidades, ubicadas en una de las zonas secas de Nicaragua. Estas carencias someten a la población a un círculo vicioso de pérdida de tiempo y dinero, al permanecer constantemente expuesta a enfermedades como la diarrea o la neumonía que causan la muerte de miles de infantes cada año.

  • De acuerdo a datos del Programa de Monitoreo Conjunto (JMP por sus siglas en inglés) de la OMS - UNICEF, Nicaragua pasó de tener una cobertura de agua potable del 74% en 1990 al 85% en 2011. Desafortunadamente el avance ha sido modesto en el área rural donde aún el 60% de la población no tiene acceso a servicios eficientes de agua potable.

  • En relación al saneamiento el desafío es aún mayor. Según el JMP el 48% de la población de Nicaragua no cuenta con instalaciones sanitarias adecuadas, una situación que se agrava en las áreas rurales en donde hasta un 63% de la población no ha accedido a estos servicios.

·         En Larreynaga, el Plan Ambiental de este municipio señala que: “Por la implementación del monocultivo del algodón y el arroz se despalaron grandes extensiones de terreno, creando condiciones climáticas adversas, altas temperaturas en la época seca y largos períodos de sequía…la escasez de agua se deja sentir en la población, se dificulta la actividad ganadera y casi ha desaparecido la fauna silvestre”. 

Las mujeres y las adolescentes rurales, se enfrentan a continuas limitaciones estructurales, como la falta de agua potable, que les impiden disfrutar plenamente de sus derechos humanos y dificultan sus esfuerzos por mejorar sus vidas.

En estas tres comarcas se concentra el 50% de la actual demanda de cobertura del servicio de agua potable. Una de cada cuatro personas consume agua de mala calidad en 28 de las 48 comarcas del municipio de Larreynaga. La causa es que no se aplica ningún tipo de tratamiento, como clorar, hervir o filtrar, antes de consumirla.

La voz de alerta al Estado desde el municipio de Larreynaga está documentada en el Diagnóstico sobre la situación de agua y saneamiento en 28 comarcas de Larreynaga, investigación elaborada entre octubre y noviembre de 2014 por la organización de sociedad civil Xochilt Acatl.

Según este estudio de los 2048 pozos activos sólo 5 son de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal). Esto demuestra que el derecho al agua ha estado autogestionado por cada una de las 3857 familias.

Empecemos a hablar

Según el reportaje publicado el 25 de abril en el diario La Prensa de Nicaragua titulado el Escasez de agua ya es alarmante, para Ruth Selma Herrera, ex presidenta ejecutiva de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), la situación del agua está en su punto crítico porque el agua subterránea está escaseando y la afectación se siente con mayor fuerza en la zona norte, central y del Caribe del país.
 
“…En la mayoría de las ciudades hay escasez de agua, una de las principales causas es que nosotros hemos dejado de usar los ríos, lagos y lagunas como primera fuente.  
 
La FAO dice que no debemos acabarnos el agua subterránea porque esa la debemos dejar como la reserva estratégica para el consumo humano, pero nosotros en Nicaragua desde hace muchos años estamos usando la fuente subterránea”, explicó Herrera.
 
Mientras tanto el especialista Henry González dijo que se debe apostar a la resiliencia en el cambio climático, porque hay una sobreexplotación del recurso, un mal manejo y es necesario fortalecer las políticas públicas en torno al tema del agua potable. “Desde el punto de vista técnico estamos creyendo en la restauración de la cuenca hidrológica, debemos estar preparados para los cambios climáticos, hay que apostar a la resiliencia para poder hablar de seguridad alimentaria, pero antes hay que hablar de seguridad hídrica”, comentó González.

No habrá ODS sin ODM

A partir del primero de enero de 2016, el Gobierno de Nicaragua se comprometió a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) pero antes, ¿rendirá cuentas públicamente sobre el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM)? En particular, ¿rendirá cuentas sobre la 7.C?



Fuente: Objetivos de Desarrollo del Milenio, Informe de 2015. Pág. 9

 

Mientras el Gobierno de Nicaragua divulga ampliamente el Informe de 2015 sobre el Cumplimiento de los ODM, sólo nos queda empezar el debate, ¿qué tan fácil te es disponer de agua potable?

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