Para muchos comerciantes, la joven Medrano, desempeñó con eficiencia su responsabilidad tanto en el viejo como en el nuevo mercado municipal, pero tuvo que enfrentar los reclamos de quienes siempre abogaron para retornar al antiguo centro histórico de la ciudad y ejercer la actividad comercial en esa zona de la ciudad ante la oposición de casi toda la ciudadanía jinotepina, principalmente de la iglesia católica y la feligresía de la parroquia Santiago, de Jinotepe.
Otros comerciantes y seguidores de la página de facebook de Stereo Romance la catalogan como una mujer prepotente y burlesca que no escuchaba las necesidades de la población y se hacía oídos sordos a las peticiones de quienes la buscaban.