Es un tema del que muchos aún hablan en voz baja, pero tienen claro que es una tendencia: los autos eléctricos.  Estas formas de transporte podrían estar más cerca de lo que creemos. Ya están de moda en Asia y Europa y en Estados Unidos, descubre un mercado con mucho potencial. 

En Nicaragua, la propuesta no es nueva, desde hace años las concesionarias hablan de importar vehículos eléctricos, sin embargo,  la viabilidad de esta oferta todavía choca con ajustes de infraestructuras que implican una buena inversión en materia energética en el país.  

El déficit tecnológico en Nicaragua es considerable, y de momento, los autos eléctricos deberán esperar para competir con los autos movidos por combustibles fósiles. “Hay que admitir que su target es de gama alta,  además, está el aspecto de familiarizarse con este tipo de vehículos, lo que sabemos de ellos, son las noticias que Elon Musk propicia y bueno, los hace ver atractivos. Es otro mundo”, dice un experimentado vendedor de autos.

Don José Isidoro Balmaceda es un ganadero de Chontales y maneja una camioneta doble propósito a diésel. Dice que poco sabe de ese tipo de autos, pero que de momento “prefiere su camioneta, por lo viejo conocido”. “Me parece que no estamos listos para eso todavía aquí”, señala.    

“Ahí hay muchas oportunidades, es tecnología, medio ambiente, debe ser un esfuerzo tanto del Estado como de la empresa privada, creo que todos salimos ganando con un mercado como ese”, dice el vendedor de autos por su lado. 

A marcha lenta 

Fuentes de la Asociación Nicaragüense de Distribuidores de Vehículos Automotores (Andiva), señalan que este sector se vio presionado desde el 2018 por la decisión de los bancos de restringir los créditos. Sólo en enero del año 2019, sus ventas cayeron un 90%, por la crisis política y social  y la  aprobación de la reforma a la Ley de Concertación Tributaria del año anterior. 

Tanto en el 2018, como al año siguiente, el sector pudo mantenerse a flote con los talleres de servicio, recordemos que el parque vehicular en Nicaragua ha aumentado significativamente.  En el 2020, el inventario  vehícular rondó los 339,600 vehículos, un leve incremento  respecto a los 304,1600 del 2019. 

La extinta Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social, (Funides), que  actuaba como el centro de estudio del empresariado en Nicaragua señaló que el sector automotriz cerró el 2018 con una caída del 57% en sus ventas, la caída se dio incluso en vehículos que durante años gozaron de un sólido crecimiento, por ejemplo, los vehículos tipo sedán.

Las crisis y las circunstancias que ha atravesado el sector automotriz no son nuevas en Nicaragua. Para el 2015, el sector se miró ampliamente afectado; sin embargo, para 2017 se estaba fortaleciendo en gran medida por el acondicionamiento de los créditos, buenas prácticas y mucha inversión en otros negocios. “Ahora los autos eléctricos podrían darnos ese golpe de novedad que ese mercado requiere después de todo lo que ha pasado”, dice el experto. 

Los autos de Enatrel 

Funcionarios de la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel) presentaron en octubre del 2021, dos vehículos eléctricos en Nicaragua, constituyéndose estos en los dos primeros autos eléctricos traídos al país. 

Esta novedosa presentación despertó curiosidad y hubo quienes reaccionaron pesimistas al escuchar los costos de uso, centradas en el valor del automotor y el excesivo tiempo de carga para poder usarlo de 4 a 8 horas.

Nadie puede negar que la idea de  insertar al mercado poco a poco  autos eléctricos no es mala. Tiene más aspectos favorables que negativos. “No solo es el tema medio ambiente,  el país no es productor de petróleo, el combustible cada día está más caro, como dije antes es de oportunidades”, señala el vendedor. 

La otra ventaja es que a diferencia de países como México o Estados Unidos la distancias en el país son más cortas de una ciudad a otra. “Hablamos de trayectos de varias estaciones en el día en esos países”, agrega.

Un experto independiente en temas energéticos dice que la implementación de vehículos eléctricos en Nicaragua con un buen soporte técnico e instalaciones de carga, sería dar un paso hacia una relación más amigable con el medio ambiente, pero que no sería un asunto de la noche a la mañana. “La inversión en el país en energía renovable es alta, pero no ha sido suficiente. Seguimos dependiendo de los hidrocarburos”, señala.

La ley 554 y los chinos 

En febrero de este año el gobierno dio un paso buscando incentivar la exportación de exoneraciones fiscales a la importación de vehículos eléctricos, sin duda, un buen paso abrir ese mercado y apostar por una economía más verde. 

Los esfuerzos comenzaron en el 2012. Para ese año, la Ley de Concertación Tributaria estableció que los vehículos híbridos, estarían libres de derecho arancelario a la importación, sin embargo, desde ese año hasta el actual, se desconoce cuántos se habrán importado de manera directa o por intermediarios al país. Es posible que la intención haya fracasado. 

Una de las razones de la reforma a la Ley 554 que incentiva las importaciones de ese tipo de vehículos pudiera ser la normalización de las relaciones con China, cabe destacar que, en el país asiático, la industria de vehículos eléctricos es muy sólida y Nicaragua busca desde hace un buen tiempo atraerlo para que inviertan aquí. 

Planteado así la electromovilidad en Nicaragua necesita de mucha inversión, no sólo en infraestructura, también es necesario establecer una red de centros de recarga, un clima de negocios más favorable, además de las exoneraciones que muchas veces son objeto de controversias. Mientras tanto, hay que seguir pagando más semanalmente por cada litro de combustible.