A pesar de que la iglesia católica es la primera que ha tomado medidas radicales para prevenir la propagación de la pandemia, con el cierre de templos, eucaristías transmitidas por Facebook, la cancelación de oficios y procesiones de Semana Santa, sus sacerdotes se han visto afectados.
Monseñor Francisco Leiva falleció el 13 de mayo y las autoridades de salud indicaro que lo sepultaran de inmediato. Cabe destacar que Monseñor Leiva era canónigo de la Catedral y ejercía el cargo de Vicario parroquial de Nagarote.
Monseñor Bismarck Acevedo Macanche es el segundo sacerdote fallecido. El clero de la Diócesis de León amaneció de duelo el 21 de mayo, cuando se conoció la muerte repentina de monseñor Acevedo Macanche, párroco de la iglesia Santiago Apóstol, en Telica.
Cabe señalar que monseñor Acevedo era originario de Jinotepe y procedía de una familia muy reconocida en el barrio San Antonio, de esta ciudad: la familia Acevedo Macanche, afamada por la venta de cerdo.
Aunque oficialmente la iglesia no comunicó que haya muerto por Covid-19, su entierro se dio de inmediato en su Jinotepe natal.
El 6 de junio, el luto llegó a la Diócesis de Granada, con la muerte del sacerdote Francisco Solano, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, quien durante varios días estuvo ingresado en el Hospital Militar Escuela “Dr. Alejandro Dávila Boalños”, de Managua.
Párrocos de diversas iglesias manifestaron su afecto y cercanía con los feligreses y la familia del sacerdote Solano, cuyo entierro también se dio sin oficios póstumos.
Obispo emérito de León descansa en la catedral
El 18 de junio, la iglesia católica de Nicaragua volvió a ser golpeada con el fallecimiento del padre Félix García, presbítero de la parroquia Santa Ana, quien coloraboraba en Nuestra Señora de Candelaria en Managua
El deceso del sacerdote lo dio a conocer la parroquia en la cual servía, mediante un comunicado y fue enterrado el mismo día.
Cinco días después, este 23 de junio, día del padre en Nicaragua, falleció el obispo emérito de la Diócesis de León, Monseñor César Bosco Vivas Robelo, luego de permanecer internado desde el 16 de junio en un hospital capitalino.
El cuerpo del obispo emérito reposa en la Catedral de León, hasta donde lo trasladaron en una caravana que estuvo encabezada por patrullas de la Policía Nacional.
En la Catedral hubo un breve acto religioso presidido por su sucesor, monseñor Sándigo, y posteriormente colocaron el ataúd, cubierto con la bandera de Nicaragua y su investidura de obispo en la cripta.
Aunque tampoco hubo confirmación de clero de que el obispo murió por Covid-19, trascendió que sus complicaciones eran respiratorias y su entierro fue el mismo día y en privado.