Jueves 18 Abril 2024
Nacionales

La historia de una nicaraguense, quien fue esclava sexual del cártel de los Zetas es replicada en medios internacionales

La historia de  Daniela, a quien  secuestraron entre la frontera de Nicaragua y Honduras  nuavemente está siendo difundida por medios internacionales, pues  recientemente el medio de comunicación  Infobae  contó el calvario que vivió la mujer,  tras ser prostituida por dos de las redes más criminales  en México; el cártel del Golfo y los Zetas.

La mujer estuvo durante siete años como esclava sexual/imagen de referencia tomada de Infobae
La mujer estuvo durante siete años como esclava sexual/imagen de referencia tomada de Infobae
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El caso de Daniela se dio a conocer desde el 2016, pero medios como Infobae publicaron un escrito sobre ella , este pasado 12 de junio.

Historia original: La nica que estuvo siete años como esclava sexual de los zetas

Ella como otras  esclavas sexuales, estaban secuestradas por un grupo de crimen organizado: el cártel del Golfo y Los Zetas. En total, el horror de Daniela en medio de ese mundo de crimen, abuso sexual y secuestro duró más de siete años.

Ella relató que estuvo rodeada por docenas de hombres armados, pudo ver a otras jóvenes: agonizando, balbuceando con saliva y sangre, sostenidas solamente por cadenas.

“Porque esos clientes son buenos y pagaron mucho dinero”, le contestó un hombre armado cuando Daniela preguntó por qué hacían lo que hacían.

Una vez que logró escapar de ese infierno contó a la Unidad Especializada en Investigación de Tráfico de Menores, Personas y Órganos en México que a las víctimas de trata de personas les colocan chips para rastrear sus movimientos y no dejar que escapen.

.“Yo calculaba que tenía varios años secuestrada, pensé en cuatro, cinco...” relató Daniela a VICE News. “Cuando me rescataron y las autoridades me dijeron el tiempo, sentí como si el mundo me cayera encima”.

Sus verdugos pretendían que sus familiares pensaban que ella estaba muerta.

“Yo no estuve en una casa de seguridad, como se guardan a los secuestrados. Cuando es trata de personas, es diferente porque no hay rescate, ellos quieren que tu familia piense que estás muerta para que no te busquen. No te guardan, te ponen a trabajar, te sacan a la calle, a los bares, a los tabledance. Parece que eres una mujer libre, pero no lo eres”. Agregó la mujer.

Del mes en que se encontraba, solo lo lograba saber a través de las conversaciones que sostenía con los clientes. Según su testimonio, primero fue explotada por Los Zetas y después por el Cártel del Golfo. Sus ojos  presenciaron horrorosas muertes, y su almohada fue  testigo de su llanto.

"Nadie se imagina lo que tuve que ver”, relató.

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Los cárteles la engañaron y como suele ser propio de sus líderes, se aprovecharon de la necesidad, de la pobreza y el hambre de muchas personas para sumergirlas a las aguas profundas del crimen.

No pudo rechazar la oferta de dinero que le hicieron a ella y a otras 15 mujeres en la frontera de Nicaragua y Honduras. Era el 2008 y tenía veintitantos y una figura esbelta. Hoy ha ganado peso, tiene medio rostro paralizado por los golpes que recibió, cicatrices, y un ojo desviado.

La llevaron a México despojada de sus identificaciones. En las fronteras de los países tenían que decir que se dirigían a una excursión turística en Chiapas. Entregó las direcciones de amigos y familiares: si decidía huir, irían a torturarlos y hasta matarlos.

Daniela fue la última en llegar a su destino: Nuevo Laredo, Tamaulipas. Ahí conoció a Toñito, un niño de 12 años que se convirtió en su hermano menor, y perdió la noción del tiempo.

Trabajó en El Danash, un tabledance controlado por Los Zetas donde ella era bailarina y edecán y él mozo, mensajero, halcón y DJ. Ambos debían tener sexo con clientes cuando se les ordenaba y ambos vivían en casas de seguridad, de las cuales solamente cuando se les orientaban.

A Daniela la buscó su familia en Nicaragua durante un par de años antes de ser impedidos por el tiempo y el dinero. Antes de resignarse fueron a la televisión local y pegaron anuncios  en las calles con su rostro.

Los narcotraficantes les quemaban las piernas, les quitaban la comida, los azotaban, y les daban bofetadas si se quejaban, si lloraban, o si se negaban. Los Zetas mataron a Toñito después de que Daniela se rehusó a asesinarlo y él a ella. Por su frágil salud ya no podía ser sexoservidor y, por lo tanto, era considerado como inservible.

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“Él nunca pudo, ni yo tampoco. Entonces, lo colgaron y empezaron a cortarlo. A hacerle heridas,me decían ‘¿no te da pesar?, ¿por qué le hiciste eso, si dices que lo quieres?  Mira lo que nos obligas a hacerle’. Hasta el final, le dieron un balazo en su cabecita. Caí en el suelo, comencé a llorar, gritar, me patearon, me subieron a una camioneta y no supe más de él”

Daniela contó a VICE News que el “más malo, el peor de todos” era Salvador Martínez Escobedo, ‘La Ardilla’, quien ordenó la matanza de 72 migrantes centroamericanos en Tamaulipas en 2010. Además, fue testigo de la ruptura de Los Zetas con el Cártel del Golfo: se salvó porque uno de sus captores la obligó a ser su amante.

A algunas que intentaban escapar, o a las que ya se habían convertido en adictas a drogas, las mataban y desaparecían. En una casa en Reynosa había una jaula con un león donde echaban los cuerpos para que el animal se comiera parte de ellos.

De acuerdo a Excélsior, en México existen 47 organizaciones criminales dedicados a la trata de personas, además de que se concentran en ciudades fronterizas con Estados Unidos como Tijuana, Reynosa, Matamoros, y Nuevo Laredo.

Se sabe poco de como  escapó

La historia de su escape no tiene muchos detalles: una persona en Tamaulipas se enteró de su secuestro y se arriesgó para ayudarla a escapar de la cajuela de un vehículo. “Me ayudaron, me sacaron del lugar, me pagaron transporte a la Ciudad de México y huí de ese lugar”, dijo.

Daniela relató su historia a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) y fue enviada de regreso a Nicaragua. La organización Comisión Unidos Contra la Trata continúa dándole seguimiento a su caso. En México ya existe un expediente judicial con su testimonio.

Hoy recibe tratamiento psicológico que le ayudará a su recuperación emocional y física. Daniela está de vuelta en México con una visa humanitaria y quiere reiniciar su vida.

“ yo decía, ‘Diosito, ayúdame, no me dejes morir aquí, déjame vivir para encontrarme con mis hijos, seguro me están buscando’. Me enojé con Dios, sí, la verdad, pero él no me abandonó”, contó. Quiere poner un taller de costura, dar pláticas, talleres, y hacer vestidos.

Fuente: Infoae

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