El primer caso lo reportó Carlos Aranda Salazar, padre de Carlos Aranda Rocha, de 59 años y coach del equipo San Fernando, quien falleció por Covid-19, a las 12:30 de la madrugada del pasado jueves, 21 de mayo, en el hospital público Humberto Alvarado Vásquez, de Masaya.
Aranda Rocha batalló durante cuatro días, pero perdió el último partido de su vida frente al coronavirus.
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“Fuimos al Silais a ver si nos conseguían o teníamos que comprar o alquilar los trajes blancos esos para sacarlo del hospital, nos dijeron que no podían, que sólo los jefes podían hacer eso, ya eran las cuatro de la mañana, a como pudimos lo sacamos con guantes normales, a las 5:30 de la mañana. Imagínese que nos estaban dando otro difunto, y nos dimos cuenta porque los datos no coincidían, se llevaron el cuerpo y nos trajeron el de él", dijo el dolido e indignado padre del ahora fallecido al equipo de Stereo Romance.
Otros ciudadanos denunciaron ante La Prensa que uno de sus familiares, un señor de 51 años ,de iniciales A.A.S.S y quien habría muerto a causa de Covid-19, confundieron su cuerpo e intentaron entregarle otro en el hospital Bautista.
Claudia López, prima del fallecido, aseguró que su pariente padecía de diabetes e hipertensión, murió el jueves y fue hasta la mañana de este viernes que se lo entregarían pero «hoy (viernes) que tocaba ir a sacar el cuerpo no era él, era el de otra persona».
Autoridades médicas aducen que no pueden abrir las cajas
«Como familia pedimos verlo aunque sea de largo pero nos dijeron que no, que la caja era sellada y que no era la que nosotros íbamos a llevar. Le preguntamos a los muchachos de la funeraria si lo habían visto y nos dieron las características de una persona que no es él, parece que a él lo entregaron ayer (jueves) a otra familia. Le preguntamos al hospital y nos dijeron que si queríamos era la caja sellada y si no pues no y no dieron más la cara, nadie quiso salir», sostuvo López.
Ante este señalamiento, LA PRENSA buscó a autoridades del centro hospitalario para tener su versión y fue el epidemiólogo Jorge Navarrete quien dio una explicación
«Ellos quieren que abramos el ataúd y el ataúd no se abre, eso está fuera del protocolo (…) no podemos exponer al personal a que se contamine», argumentó Navarrete.
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Al alzar la voz varios miembros de la familia por la desaparición del cuerpo, según el relato de uno de ellos, es que luego le informaron a uno de los empleados de la funeraria contratada que lo habían encontrado, pero las dudas ya estaban en ellos y por eso exigieron que por lo menos le tomaran una fotografía para constatar que es él. «A mí me estaban diciendo que yo les firmara un documento que ese era, sin antes yo cerciorarme». Expuso otro familiar.
