Lacroix y su sobrino tenían un sueño, un sueño al cual se aferraron desde hace dos años, cuando desde Haití se dirigieron hacia Chile, para llegar a Estados Unidos. En ese duro camino ingresaron a Nicaragua procedentes de Costa Rica.
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La principal motivación de Lacroix era que su sobrino se reencontrara con sus padres, pero su misión se vio interrumpida cuando su estado de salud empeoró el 23 de febrero, debido a afectaciones neurológicas y efectivos del Ejército de Nicaragua lo auxiliaron y lo ingresaron a un centro asistencial.
Rivenses solidarios con el haitiano
“Él entró al país en estado de desnutrición y fue trasladado junto con su sobrino a un puesto médico y luego el Ministerio de Salud, Minsa, coordinó su traslado al hospital de Rivas”, explicó una fuente militar al medio de comunicación La Prensa.
Además de los problemas neurológicos, el haitiano presentaba deshidratación y tenía varios días sin comer, porque el alimento que conseguía se lo daba al niño de diez años.
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Antes de que el hombre se rindiera ante la muerte, algunas personas que conocieron su historia se solidarizaron y recolectaron dinero, alimentos y productos de aseo personal.
“Lo que nos informó la gente en el hospital es que los coyotes les robaron en la frontera y que cuando el Ejército los encontró, se percataron que el estado de salud de Lacroix era delicado y al enterarnos que estaba solo en el hospital hicimos recolecta para apoyarlo con leche, ropa y otros artículos de higiene personal”, dijo la rivense Virginia Torres.
El sobrino de Lacroix se encuentra bajo la tutela de Mi Familia, según las fuentes contactadas por el medio de comunicación antes citado, el pequeño ha intentado comunicarse con su madre, pero no lo ha logrado. El cuerpo de Lacroix fue sepultado en un camposanto de Rivas.