Ella suspiro, hay mi sabio triste, te desesperas veinte años y solo vuelves para pedir imposibles. Me tomo parte del título de García Márquez, e inicio de la misma manera con suspiros pidiendo un imposible.
El traslado del mercado municipal de Jinotepe se ha convertido en un tema de mucha discusión y de arrebatos de locura por parte de algunos, desesperación para quienes están atrapados dentro de sus casas entre canastas, cestos, baldes y demás, la iglesia católica ha creado consignas “Para vivir bonito y vivir bien el mercado debe trasladarse también”. Un sinnúmero de personas exigen el traslado del mercado municipal de Jinotepe.
Esta vez no vamos hablar de que quienes empezaron la construcción, cuánto dinero lleva invertido, o que tan cómodos son los tramos, esta vez vamos a hablar de los mercaderes.
Si amigo o amiga lectora hablaremos de esas personas que para ganarse la vida llegan desde horas de la madrugada con sus canastos, carretones, camionetas, o incluso carretones de caballo con mercadería, y es que estamos hablado no de una persona ni de diez; hablamos de más de 3 mil comerciantes, entre ambulantes, los que poseen un tramo y los que se arriman a una acera y colocan un saco como techo para no sentir tanto el calor del sol.
Y es que lo que para muchos es una inmundicia, suciedad y desorden es para otros su medio de subsistencia, no le niego que la apariencia es catastrófica y que el trafico se convierte en un dolor de cabeza, pero yo le pregunto a usted estimado lector de donde sale el 60% de las cosas que se sirven en su mesa, supongo que del mercado municipal, otro tanto usted lo comprara en supermercado, pulpería, o lo trae de otro lugar.
El otro día conversaba con una mujer que vende comida de manera ambulante, me decía que ella tiene 4 hijos, su esposo la abandono y la pensión es de dos mil córdobas, no vamos a discutir de la pensión ahora esa será otra página, pero a como la señora comentaba con “eso ni frijoles comen mis cipotes así que me la rebusco vendiendo comidita en este lugar”.
¿Se ha adentrado usted en el mercado municipal después de la lluvia?
Le cuento que es peor que viajar en un rutiexpreso Managua-Jinotepe, a ese extremo es horrible, hay hoyos por todos lados, lodo, agua, y plásticos llenos de agua que en cualquier momento caen sobre su cuerpo y quiere saber algo mas los mercaderes se quedan ahí así llueva truene o relampaguee por que deben de llevar el palto de comida a la casa todos los días. Y es que es muy fácil pedir que se vayan, decir ni siquiera son de Jinotepe que busquen otro lugar donde vender, pero… acaso no son personas también, acaso la constitución política no te ampara para trabajar, acaso usted no come de lo que ellos venden.
Es muy fácil decirle a la gente váyanse de una vez pero se ha puesto a pensar cuantas personas sacan el dinero para mantener a sus familias de ahí, no solo son vendedores, ahí también hay carretoneros, hace mandados, taxistas, acarreadores, dependientes…
Es muy fácil criticar y decir que se vayan, que se traslades, fuera del centro de Jinotepe, pero sabe algo cambiar de lugar no es tan fácil, si a usted hoy le dicen fuera de su casa allá hay otra esta mejor váyase que espera, ¿Tendría usted el valor de irse así no más? Sabiendo que algunas cosas se le van a complicar, que pagara mas transporte, que no sabe donde estrada, con quienes, y que igual debe darle de comer a su familia.
Sabe usted cuanta memoria triste tienen mercaderes cuando se les pudren las frutas, cuando no venden, cuando el sol quema, cuando el calor le sube la presión, cuando una madre le da teta a su bebe mientras despacha, cuando una madre corre a dejar al niño a la escuela para después ir a vender, tiene idea de lo que sufre ese ancianito cuando acarrea bultos bajo la lluvia, no usted no se imagina nada de eso porque usted es un doble moralista que quiere el traslado a toda costa sin importar el bienestar de las familias que viven de lo que el mercado produce.
En todo caso amiga o amigo lector lo invito a usted a acusar de desorden, de desamparo, de injusticia a las autoridades correspondientes, pero no a un vendedor o vendedora que tiene uno, dos años o toda la vida de tener como medio de subsistencia las ventas.
Si el mercado es un desorden, suciedad, y crecimiento extremo es culpa de las autoridades municipales que nunca han estado capacitadas para ejercer sus funciones y ordenar dichos establecimientos, si el gobierno municipal no ha hecho lo suyo, y sabe algo también la culpa es suya por no exigir a las autoridades, que ejerzan su función, es momento que los jinotepinos tomen la fuerza y no solo se quejen en las redes sociales.
