El analista político Bosco Matamoros opina que esta separación deja ver la incapacidad de los actores políticos de estas organizaciones, al dejar al país nuevamente al borde del precipicio.
“Si continuamos con estos delirios de grandeza, el resultado va a hacer lo mismo: caemos de nuevo en el círculo vicioso del protagonismo, caemos en el círculo vicioso de muchos actores que no quieren apartarse de la silla”, dijo Matamoros.
Ante las fuertes críticas y la controversia, líderes de ambas organizaciones sostienen que se trata de una “separación estratégica”, y que siguen trabajando para la formación de una gran coalición opositora.
Violeta Granera, de la Unidad Nacional Azul y Blanco, dijo que “realmente la palabra separación no es la más adecuada”.
“Cada organización tenía sus propios mecanismos de toma de decisiones; esto lo que está tratando es de definir claramente eso, para poder construir los mecanismos que las decisiones que tomemos sean vinculantes para ambas”, añadió.
En tanto, Azahalia Solís, de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia explicó: “Claramente nosotros tenemos que asumirnos como una opción de poder, no solo como una organización que hace marchas o una organización que hace plantones, que la gente sienta que si estamos en posición de trabajar como una opción de poder”.
Actualmente representantes de ambas organizaciones se encuentran en El Salvador para un diálogo sobre la “gran coalición opositora” y “definir un proyecto de país”.
Mientras, partidos más pequeños definen a qué espacio se integran o si trabajan de manera independiente, como es el caso de la Coordinadora Universitaria por la Democracia y la Justicia, que anunció su separación de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
Voz de América
