Según información sus allegados, Rolando se dirigió a su trabajo en su vehículo cuando fue impactado por otro automóvil cuyo conductor, en aparente estado de ebriedad, irrespetó la luz roja de un semáforo. Los responsables huyeron del lugar tras el choque.
A pesar del accidente, Rolando logró llevar su vehículo de regreso a su casa y optó por pedir un viaje a un amigo para continuar su camino al trabajo, ya que en ese momento no presentaba síntomas graves. Sin embargo, horas más tarde, comenzó a experimentar un fuerte dolor de cabeza y perdió el conocimiento. Fue trasladado de emergencia al hospital por compañeros de trabajo, donde los médicos diagnosticaron un derrame cerebral.
El nicaragüense permaneció hospitalizado durante tres meses, luchando por su vida. Posteriormente, fue trasladado a un albergue, donde finalmente falleció.
Rolando había emigrado a los Estados Unidos hace un año con el sueño de trabajar, ahorrar dinero y regresar a Nicaragua para reunirse con su familia. Su inesperada partida deja un vacío profundo entre sus seres queridos y evidencia las trágicas consecuencias de la imprudencia al volante.
Su familia y amigos lamentan profundamente su pérdida, mientras esperan justicia para que los responsables de este trágico accidente enfrenten las consecuencias.