La familia había llegado a la vivienda apenas quince días antes, invitados por Andrea Moreno, amiga de la madre y dueña de la casa, quien los acogió para no vivir sola. En medio de la emergencia, vecinos y rescatistas intentaron con desesperación liberar al niño del escombro, pero lamentablemente ya no lograron salvarlo.
El trágico suceso ha conmovido profundamente a la comunidad local y a los residentes nicaragüenses en Costa Rica, quienes se han unido en apoyo a la familia García. Las autoridades costarricenses han emitido recomendaciones ante la temporada de lluvias, advirtiendo sobre los riesgos de deslaves y colapsos en zonas vulnerables, especialmente en áreas con pendientes pronunciadas y terrenos inestables.
Este caso pone en relieve los desafíos que enfrentan muchas familias migrantes en busca de estabilidad y mejores oportunidades, y la tragedia recuerda a la comunidad sobre la importancia de tomar precauciones en épocas de fuertes lluvias. La familia García agradece la solidaridad mostrada en estos momentos de dolor, mientras se preparan para despedir a su hijo Dylan, su luz y razón de vivir, cuya memoria quedará en los corazones de quienes lo conocieron.
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