El partido de semifinales de ida se jugó el sábado 27 de noviembre en un ambiente inmejorable, pues la afición respondió al equipo blanco y negro, había sonido de vuvuzelas, la barra cacique estaba encendida y hasta filarmónicos pusieron la alegría en las graderías.
Flavio da Silva dijo que estar muy emocionado poco, al punto que lo hicieron rodar lágrimas.
Sin embargo en el terreno de juego las cosas se le complicaron a los locales pues el club deportivo Walter Ferreti salió dispuesto a imponerse y se plantó con autoridad al punto que al minuto 12 anotaron su primer gol por medio de Deshon Forbes.
El 0-1 no acabó con la ilusión de la fanaticada que seguía cantando y alentando a los blanquinegros, sin embargo, cuando Ferretti marcó el 0-2 las graderías prácticamente bajaron su euforia, aunque la barra no dejó de cantar.
El segundo tiempo fue una cosa de locura, pues los dirigidos por Flavio da Silva mostraron otro nivel de juego y entró al terreno Alexis Ramos, llamado el amuleto cacique, que al parecer les dio la suerte, pues estuvieron tocando la puerta resguardada por Denis El Pulpo Espinoza hasta que la defensa de los Managua se equivocó y Henry niño marcó en propia puerta y así los diriambinos acortaron distancias.
Minutos después el brasileño Maycon Santana condujo el balón hasta el área rival dónde fue derribado y el árbitro decretó la pena máxima. Segundos después Santana cobró el penal que igualaba las acciones en el marcador.
Luego de esto vendría lo impensable: un segundo auto gol le dio los tres puntos los caciques.
A buscar la clasificación en Managua
Flavio da Silva dijo que estar muy emocionado poco, al punto que lo hicieron rodar lágrimas.
“El primer tiempo fue horrible, no jugamos nada, pero el segundo tiempo qué increíble, yo difícilmente me emociono y ese segundo tiempo los muchachos sacaron lágrimas de mí, porque fue una cosa impresionante jugaron como nunca había visto”, señaló.
Asimismo, dijo que consiguieron “remontar contra un equipo que es muy bueno, todos los méritos primero a Dios y después a esos jugadores que fueron increíbles hoy”.
“Cuando nosotros hacemos que Dios sea el conductor de nuestra vida las cosas salen de esta manera con sacrificio, con lucha y con milagros”, aportó el estratega brasilero.
“Muy orgulloso primeramente con Dios y después todo el mérito de los jugadores que hoy fueron unos verdaderos guerreros en esa cancha y logramos salir con la victoria, pero faltan 90 minutos no hemos ganado nada y vamos a trabajar para el próximo juego”, prosiguió Da Silva.
Al preguntarle qué les había dicho a los jugadores en la charla del medio tiempo, respondió que otro entrenador los hubiera tratado mal en el camerino, pero él lo que hizo fue pasarles confianza y “les dije, miren, yo confío en ustedes, vamos a cambiar el sistema de juego y vamos a remontar. Fue eso lo que yo dije, gracias a Dios las cosas salieron porque dicen que la palabra tiene poder.
“Vamos a intentar salir de Managua con la clasificación para la final”, concluyó
