Los guardas de seguridad dijeron a los medios que la mujer salió corriendo de lugar y al inspeccionaron el sitio verificaron la existencia de un envase de vidrio con un supuesto hechizo en la esquina de la tumba. De acuerdo a testigos, el recipiente contenía tierra, chiles enteros, vidrio molido y las fotografías de una pareja de desconocidos, las cuales tenían incrustados enormes alfileres sobre los ojos.
Vecinos del sector afirmaron que en reiteradas ocasiones habían observado el ingreso de la mujer al campo santo, pero jamás se imaginaron que llegara a practicar magia negra. Los pobladores llamaron a las instancias correspondientes a intensificar las medidas de seguridad, puesto que dos guardas no dan abasto para vigilar el cementerio.