Las precipitaciones han elevado el caudal del río a niveles alarmantes, dejando a numerosas familias afectadas. Según testimonios de los pobladores, algunas casas quedaron completamente anegadas, obligando a los residentes a evacuar con lo poco que pudieron rescatar.
“La corriente llegó de repente, no nos dio tiempo de sacar nuestras pertenencias. Lo perdimos todo”, lamentó una de las afectadas.
Además de las viviendas, los cultivos también han sufrido pérdidas significativas, especialmente aquellos de granos básicos y hortalizas, que son esenciales para la economía local. Los caminos principales están parcialmente intransitables debido a la acumulación de agua y lodo, dificultando aún más el acceso de ayuda humanitaria y el transporte de personas y mercancías.
Las autoridades locales y organismos de socorro trabajan para evaluar los daños y brindar apoyo a las familias afectadas. Mientras tanto, se hace un llamado a las comunidades cercanas al río Ochomogo a mantenerse alerta ante posibles nuevas crecidas, ya que las lluvias persisten en la región.
Organismos de emergencia también instan a las instituciones gubernamentales y a la población en general a coordinar esfuerzos para garantizar la seguridad y atender las necesidades básicas de los damnificados.
La situación en Ochomogo subraya la importancia de fortalecer las medidas de prevención y mitigación ante desastres naturales, especialmente en las comunidades más vulnerables a los efectos del cambio climático.
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