La menor en una entrevista que concedió al periodista Lésber Quintero, cuenta que ella quedó embarazada a los once años.
Su abdomen crecía al igual que el de su mamá. La mujer pensaba que su hija tenía alguna enfermedad, por r ello decidió llevarla al doctor y a través de un ultrasonido confirmaron que la niña también estaba embarazada.
Al momento que le hicieron los estudios médicos, tenía cuatro meses de gestación. Ahí se dio cuenta que la niña había sido violada por su pareja. Ambas tendrían a solo casi un mes de diferencia en el periodo de gestación y nadie sabía, porque el hombre obligó a la menor a callar el abuso al que estaba siendo sometida.
Irene, quien aún tiene voz de niña, relata que a los ochos meses le programaron el parto vía cesárea. El bebé nació el 10 de junio.
"Como fue un parto prematuro (la niña) nació bajo peso (1, 800 gramos) y la llevaron a una sala de neonato y ahí fue donde la vi al día siguiente por primera vez. Me causó mucha alegría”, refiere la menor
Durante ese proceso, su abuela materna de 76 años se dedicó a cuidarla, porque su progenitora no podía hacerlo.
Desde entonces los pequeños brazos de Irene se han tenido que acostumbrar a cargar al bebé y afrontar los retos de ser una madre a temprana edad. Algo que ella no pidió ni buscó.
“El papá de las dos bebés es el mismo. Ese hombre (su ex pareja), me durmió, porque no logré detectar en qué momento abusaba de mi hija”, detalló Martha.
Cuenta que Irene es su hija mayor de los tres que ha traído al mundo y que antes de que fuera víctima de la violencia sexual, la niña solía jugar constantemente con su hermanito de 4 años o con sus amigas del colegio.
Abuela materna ayuda a la crianza de la niña de 3 meses
“Ellos eran mis únicos dos hijos, ahora se me hicieron tres y con mi nieta 4”, puntualizó Martha.
En una hamaca en la cual mese a su hijo, Irene comenta que no juega con su hermanito, pero que a pesar de que tuvo que interrumpir sus estudios primarios, va a continuarlos
Su abuela y su mamá le han enseñado y dado instrucciones de cómo cuidar a la bebé, pues en un principio tenía miedo de quedarse dormida y al voltearse en la cama lastimar a la recién nacida, por lo que en los primeros días Irene no la cuidaba por las noches.
“Tenía miedo de dormirse y lastimarse al momento de voltearse en la cama, y por eso la niña dormía durante los primeros días conmigo, pero ahora ya está pendiente en todo momento de la niña y hasta la tiene hermosa con leche materna”, explicó Martha.
Una gran cantidad de pañales abarca el tendero donde viven, ellas, la abuela de Irene y mamá de Martha, identificada como María, les ayuda con la lavada.
“Yo les ayudo a lavar los pañales y baño a la niña de mi nieta y ellas me ayudan a elaborar pan casero que vendemos para ayudarnos con los gastos”, dice María, quien, a la vez, se dedica a la crianza de gallinas, cerdos, patos y cuatro vacas.
Actualmente el padrastro de Irene enfrenta juicio por violación.