Sobre una de las calles de Bluefields sobresale un negocio en dónde el verdor de las plantas se conjuga con coloridas maceteras y la atención de una amable mujer qué no solo orienta sobre cuál es la mejor planta para llevar sino que promueve un estilo amigable con la naturaleza.
Sherry Salomon se emociona al hablar de su recién creado negocio “Cactus Love”, circunstancias de la vida la llevaron a desarrollar esta iniciativa, que para ella no solo es una forma de obtener ingresos, sino contribuir a que la población tenga un mayor conocimiento sobre las bondades de las plantas y cómo influyen positivamente en nuestro día a día.
Salomon cuenta que antes de dedicarse a este emprendimiento trabajaba en Gran Caimán, no obstante, estar más cerca de su hijo y velar por su educación la hizo trasladarse nuevamente a su patria, Nicaragua.
“Yo vivía en Gran Caimán, allá trabajaba pero me jubilé y me vine de regreso con mi familia porque mi hijo tiene autismo y quise dedicarle más tiempo. Estamos claros que allá se gana bien pero la atención de mi hijo fue lo principal que me motivó a regresar pues por su condición requiere más cuidado”, explica.
Debajo de un pequeño toldo se puede apreciar una variedad de cactus, suculentas, plantas ornamentales y medicinales listas para sembrar o de una vez llevarse en macetera.
“Dice ‘Cactus Love’ pero somos una onda verde, incluimos cactus, suculentas, plantas ornamentales, medicinales, vendemos abono, damos asesoría porque lo importante para nosotras no es solo vender sino que la persona tenga un jardín exitoso y le produzca felicidad”, afirma Sherry.
En el stand también destacan las maceteras coloridas, algunas son alusivas a la cultura negra en cambio otras representan personajes populares entre la población.
Sherry, es la típica mujer costeña decidida a sacar adelante a su familia. Antes de iniciar con ‘Cactus Love’ se dedicó a vender ropa usada pero confiesa que no le fue muy bien. El peor error que puede cometer una persona que inicia un negocio es dar mercancía al crédito y fue lo que le pasó a Sherry: “No tuve una buena experiencia porque daba las cosas fiadas, la gente no me pagaba y yo no soy buena para cobrar (sonríe) pero a mí lo que me gustaba era la jardinería, entonces llegó un momento en el que dije ‘voy a donar la ropa’ y me dediqué a ésto”, comenta.
De acuerdo a Salomon, primero empezó a cultivar plantas medicinales en su jardín pues su madre fue diagnosticada con cáncer y buscó formas alternativas para complementar su tratamiento. “Mi patio es una farmacia popular, la gente llega y yo les regalo plantas, como la ‘mala madre’ que es medicinal. También reproduzco árboles nativos para la reforestación. Ese es mi aporte a la comunidad”, expresa.
Ya en el aspecto comercial dice que ha tenido buena aceptación “el Jade, que es la planta de la abundancia se mueve bastante, al igual que los cactus, que actualmente son el ‘boom’ y hay desde 30 córdobas pero tenemos plantas exóticas de 600 a 800 córdobas. A todos los que nos visitan les decimos que para que una planta crezca el secreto es el amor” finaliza diciendo Sherry con una amplia sonrisa en su rostro.
