De informaciones extraoficiales se conoció que en el expediente del Ministerio Público la acusación establece que el victimario le dio siete puñetazos al bebé en la cabeza, tórax, costillas, piernas y brazos, los que causaron su muerte.
Lo que aún no se ha determinado es si el recién nacido habría sido abusado por el adolescente. Según la denuncia de Lindari Julissa Zapata Villavicencio, de 22 años, madre del bebé, el padrastro del niño le pidió al mediodía del Jueves Santo que se lo prestara para llevarlo a pasear e ir a una procesión.
Dijo que le dio el bebé al adolescente porque él era el padrastro del niño y no se imaginó que a eso de las 4:00 de la tarde de ese mismo día su pareja se lo llevaría muerto a la casa del barrio Nuevo Amanecer, donde estaban viviendo en la ciudad de Ocotal.
Doña Gloria María Olivas, abuela de Lindari Julissa, manifestó que la pareja de su nieta era una persona que consumía drogas y que cuando la muchacha estuvo embarazada este le propinó una golpiza antes que ella diera a luz el pasado 26 de marzo en el Hospital Alfonso Moncada Guillén, de Ocotal, “hasta los médicos eran testigos de eso”, señaló.
Una tía del joven detenido comentó que Lindari Julissa convivía con su sobrino desde hacía unos seis meses, “yo le había aconsejado a ella que regresara a su casa con su familia, pero no quiso irse. A mí me dolió mucho porque llamé a la Policía para que se llevaran a mi sobrino, solo ellos dos saben lo que sucedió y siento su dolor porque soy madre, tengo un hijo”, concluyó.
Hijo de policía
La audiencia inicial fue programada para el 25 de abril. Se conoció que el adolescente es hijo de una oficial de la Policía de Ocotal, lo que ha generado especulaciones por parte de familiares de la madre del bebé fallecido, de que se estaría intentando proteger al muchacho para que no enfrente la justicia.
El adolescente fue acusado de parricidio por su vínculo sentimental que desde hace unos seis meses mantenía con la madre del niño fallecido. Fue dejado en prisión preventiva.