El periodista Bismark Lebrón en su cuenta oficial de facebook informó que el caso se registró específicamente en Río Blanco, Matagalpa.
“Pese a que no representa ningún peligro para los humanos por no ser venenosa y encontrarse en extinción, una enorme serpiente boa fue sacrificada por personas inescrupulosas en el municipio de Río Blanco, departamento de Matagalpa”, se indica en la publicación del comunicador.
Algunos usuarios en redes sociales opinaron que hicieron bien en matar al ofidio.
“Bien hicieron matarla ese animal es peligroso hasta gorda está”, comentó un cibernauta.
En cambio, otros mencionaron que se debió llamar a los bomberos.
“En vez de llamar a los bomberos o algún lugar prefirieron quitarle la vida a un inocente animal”, expresó un ciudadano.
Esta especie de serpiente, no venenosa “es ovovivípara (los huevos se incuban en su interior, y las crías nacen directamente de la madre), la madre tiene una gestación media de aproximadamente 170 días y una camada de 8 a 9 crías que miden entre 25 y 30 centímetros. En su etapa de juventud, suelen pasar mucho tiempo en los árboles, pero no se les considera totalmente arborícolas porque ya adultas casi no frecuentan esos lugares y prefieren buscar su alimento en el suelo. Por lo regular las crías buscan pequeños roedores para alimentarse, los adultos cazan ocasionalmente pájaros, cazan al acecho o buscan activamente mamíferos del tamaño de un agutí, a los cuales los sujetan con los dientes y los matan por constricción o estrangulamiento, para lo que los enlazan en una serie de anillos que por su fuerza se asfixian. Después los engullen mediante sus mandíbulas dilatables. La digestión es lenta y pesada y en determinados casos puede prolongarse durante varias semanas”, se explica en la página web del Zoológico Safari de Guadalajara.
“La tradición presenta a la Boa como una fantástica serpiente de la jungla amazónica que ataca sin piedad a los exploradores. En realidad, aun cuando su carácter no es dócil y puede tratar de morder, no constituye en absoluto un peligro para el hombre. Al contrario, es el hombre quien amenaza la supervivencia de esta especie con el afán de su piel, sumamente apreciada en la peletería, además de la destrucción de sus hábitats”, agrega.
