Lucilo Herrera fue capturado a 30 metros del lugar de donde cometió el crimen y presentaba una herida leve en el cuello, pues con la punta del machete homicida, presuntamente intentó suicidarse.
Todo fue en venganza
Según las investigaciones, Lucilo Herrera es consumidor de droga y como su padre José Francisco Herrera no le heredó nada a él, ni a otros tres hermanos, juró que en venganza por la ofensa iba a matar a cualquiera de sus familiares, siendo el infortunado su sobrino Ulises Arceda.
Tras el hecho, el homicida fue llevado al hospital de La Dalia y después de ser atendido fue puesto a la orden de las autoridades correspondientes para su debido enjuiciamiento.