Se conoció que el hecho se suscitó, cuando el pequeño estaba siendo cuidado por su abuela Yamileth Chávez Aguirre, quien lo dejó solo por unos minutos en el patio de la vivienda para realizar unas diligencias.
Lo empezaron a buscar hasta confirmar que había caído dentro del agujero. La familia inmediatamente dio aviso a los bomberos para que llegaran a extraer el cuerpecito.
En ese momento el menor caminó unos diez metros hacia donde se encontraba la letrina, asomó su cabecita y perdió el equilibrio lo que provocó que cayera y muriera asfixiado en las heces fecales.
Los padres y abuelos al percatarse que el menor no se encontraba, salieron a su búsqueda y confirmaron que su cuerpecito estaba dentro del escusado.
En la recuperación del cuerpo trabajaron miembros de los Bomberos Unificados, posteriormente el menor fue entregado a sus padres, quienes le darán cristiana sepultura.
Al lugar llegaron efectivos policiales para descartar mano criminal en el hecho.