Por quinto año consecutivo la administración parroquial de la iglesia San Jerónimo de Masaya y la Cofradía, asumirán la mayordomía de las fiestas patronales de su santo patrono. Este año la venerada imagen, que cada año atrae a miles de promesantes que le bailan y le piden favores, realizará su recorrido normal por las principales calles de la ciudad.
El comité organizador de la parroquia, está solicitando al pueblo de Masaya y devotos de San Jerónimo radicados en el extranjero, apoyar estas festividades ya sea con horas de música, pólvora o de otra manera, para hacer las celebraciones con mucha alegría y jolgorio como ha sido siempre.
Durante los dos últimos años el santo no salió después de su tradicional bajada, solo se mantuvo en el atrio de la iglesia donde la población llegó a venerarlo y a dar su bailada, esta situación fue producto que la pandemia del Covid 19 ya que se encontraba en su etapa más fuerte, no obstante, este próximo 20 de septiembre después que bajen a San Jerónimo, éste será cargado y recorrerá las calles de la ciudad acompañado de la población.
El 30 de septiembre, día principal del santo, está prevista la salida después de la eucaristía que se oficiará en la iglesia San Jerónimo en horas de la mañana. Para esa fecha se realiza la llamada “Procesión de los Visitantes” que es cuando llegan los promesantes de los departamentos en bus y vehículos particulares, para quemar alguna veladora, bailar, disfrazarse y acompañar a la venerada imagen en su recorrido.
La tradicional Octava, se realizará el siete de octubre siendo la procesión más larga de las festividades saliendo en horas de la mañana y culminando en horas de la noche, en otros años el recorrido concluía hasta la mañana del día siguiente, pero ésto ha cambiado por disposición de la administración parroquial.
Desde estas semanas los diferentes grupos folclóricos se preparan con sus indumentarias, los ensayos de bailes, los promesantes haciendo sus debidos preparativos para repartir comida o quemar pólvora en sus casas donde visitará San Jerónimo.
La celebración dura hasta la primera semana de diciembre. Para ésto las autoridades eclesiásticas han insistido en vivir estas festividades del “doctor que cura sin medicina” con prudencia, orden y sobre todo con mucha devoción.