Los improperios e insultos se los dicen cada vez que llega a visitar a su hermana, además es fotografiado por los sujetos.
El religioso que desde abril 2018 ha sido víctima de asedio y agresión de fanáticos sandinistas e incluso por el mismo comisionado general Ramón Avellán, realizó la denuncia pública en sus redes sociales y logró tomarle fotos a los encargados de tales ataques verbales.
"Cada vez que vengo a visitar a mi familia en Niquinohomo, estos ciudadanos de la "casa de cultura" (antigua estación ferrocarril) me ofenden, hacen llamadas telefónicas, me toman fotos, uno de ellos me retó a golpes en este momento", publicó el cura en su cuenta en Twitter.
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El párroco ha dejado claro su total apoyo al pueblo autoconvocado y a las madres de los presos políticos, incluso, en noviembre del año pasado, apoyó a familiares de presos políticos en la huelga de hambre que llevaron a cabo para exigir la liberación de sus seres queridos. El sacerdote pasó nueve días secuestrado junto a las huelguistas.
El padre Román ha tenido que pagar un alto precio por demandar justicia junto al pueblo, la Iglesia San Miguel pasó más de un mes sin suministro eléctrico y dos semanas sin agua potable. Durante la huelga de hambre que incomodó a la pareja presidencial, la orientación de aislar a los protestantes no se hizo esperar desde un inicio, ya que un cordón de policías impedían el paso a cualquier feligrés que decidiera llevar ayuda a los familiares de presos políticos y al padre originario de Niquinohomo.
Iglesia cerrada