“Dulcería Chepita”, con más de 30 años en la elaboración de dulces, tuvo que reducir su producción y por ende el personal, debido a la poca demanda del producto, por la baja afluencia de visitantes.
"La demanda ha disminuido y desde hace dos meses trabajamos poquito, pues no tenemos demanda, nuestro comercio es local, pero venía gente de Managua que la pandemia ha ahuyentado, ya que la gente poco está saliendo de sus casas, entonces se han bajado las ventas, estamos trabajando menos de la mitad", asegura Vanessa Núñez.
Conservan la calidad
En el negocio familiar, a pesar de las dificultades, no se ha dejado de producir, asimismo, aseguran que aunque sea en poca cantidad, la calidad no se pierde, porque el objetivo es mantener vivo el negocio que ha obtenido reconocimiento a nivel nacional.
"Nosotros hemos venido creciendo y trabajando con calidad nuestros dulces, al inicio elaboramos algunos dulces, como la cajeta de leche, de coco y los nísperos, pero con el pasar del tiempo fuimos agregando más productos como la cajeta rosada, piñonate de papaya, entre otros manjares tradicionales de Semana Santa", comenta la artesana.
Esta misma situación viven la mayoría de los artesanos del dulce de este municipio, quienes tienen puestas, en este trabajo, sus esperanzas de sobrevivir diariamente, aunque la situación económica actual del país no es muy alentadora.
La crisis que atraviesa este pequeño municipio de Masaya es similar a la que pasan la mayoría de los negocios en Nicaragua que sufren los estragos de la pandemia del Covid-19, ante la falta de políticas económicas que apoyen a las pequeñas y medianas empresas.