El voraz operativo a punta de balas se abriría entre las barricadas resguardadas por los jóvenes que se defendían con morteros, piedras y huleras o tiradoras. Tal es el caso de Marcelo Mayorga, uno de los tres asesinados, el pasado 19 de junio de 2018.
Ese día se ejecutó la Operación Limpieza de la zona norte, con el objetivo de rescatar y abastecer al ahora subdirector de la Policía Nacional, comisionado Ramón Avellán, sin importar el costo de la vida de pobladores y jóvenes atrincherados.
En la entrada de la ciudad, los primeros barrios tomados por fuerzas especiales de la policía y civiles armados, eran Santa Teresa y El Fox, que resistieron durante varias horas la embestida, sin embargo, el ataque desproporcional terminaría con la vida del joven Eryner Moisés Campos, de 20 años, y Marvin López, de 47, este último de profesión agrónomo y exguerrillero sandinista, que al ver la violación de derechos humanos, sin pensarlo apoyó a los jóvenes en las barricadas.
Las camionetas de las fuerzas de choque avanzaron hacia la plaza de la cultura y de inmediato se encontraron con la resistencia del barrio King, Fátima y San Jerónimo, durante varias horas el pueblo se defendió con lo que pudo, pero a los autoconvocados los superaron con balas que impactaban en el pavimento, en paredes y barricas.
Asesinan a Marcelo Mayorga, el "hombre de la tiradora"
Un disparo certero impactó en la cabeza de Marcelo Mayorga. El cuerpo del hombre de 41 años yacía inerte en el pavimento, boca abajo, ensangrentado y junto a su única arma; una tiradora. El sufrimiento y resistencia de Masaya se hizo viral en una sola foto.
Un antimotín, sin remordimiento, apartó el cadáver que impedía el paso de las camionetas Hilux y patrullas policiales, al acercarse las horas del mediodía.
Minutos después, Auxiliadora Cardoze, esposa de Mayorga, sorteando la lluvia de balas, logró llegar, acompañada de una vecina, a la esquina donde asesinaron al devoto de San Jerónimo, a una cuadra de la iglesia del patrono de los masayas. Los gritos desgarradores de lamu7jero pidiendo ayuda rompían el silencio que impusieron las balas.
"Ayuda, ayúdenme, si no es un perro que mataron", gritaba con impotencia, mientras lloraba junto al cuerpo de Marcelo Mayorga.
Al final, un antimotín le ayudó a subir al hombre de la tiradora en un carretón del tren de aseo municipal, donde lo trasladaron hasta el barrio El Repliegue, luego a la casa de la familia de Auxiliadora, en Las 7 Esquinas.
La operación limpieza dejaba a su paso a tres asesinados y el rescate del comisionado Ramón Avellán, tras siete horas de resistencia a lo largo de 12 cuadras hasta llegar a la delegación policial.
