Un ciclo de violencia que terminó en tragedia
La relación entre Sara y Erick, marcada por celos enfermizos y episodios de violencia, comenzó oficialmente el 20 de agosto de 2022, cuando contrajeron matrimonio en Masachapa, municipio de San Rafael del Sur. Sin embargo, lo que parecía el inicio de una nueva etapa rápidamente se convirtió en un ciclo de maltrato físico y psicológico. Los celos de Erick, exacerbados por el consumo de alcohol, provocaban constantes peleas que Sara soportaba en silencio.
El 20 de septiembre, Sara rompió el silencio al denunciar a su esposo tras recibir una golpiza brutal. La Fiscalía lo acusó de violencia física grave y psicológica leve, logrando que el 11 de octubre la jueza Miroslava Calero, del Segundo Distrito Penal de Adolescentes y Especializado en Violencia, emitiera una orden de captura contra Hurtado. Sin embargo, el acusado huyó y se refugió en una cuartería del barrio Ariel Darce.
Un perdón fatal
A pesar de la gravedad de los hechos, Sara se dejó conmover por las súplicas de Hurtado, quien le prometió cambiar. El 17 de diciembre, presentó un escrito en el juzgado solicitando la revocación de la orden de captura en su contra. Su decisión postergó el proceso judicial, cuya audiencia inicial estaba programada para el 21 de febrero.
El domingo, al visitar la cuartería donde Hurtado se ocultaba, Sara fue atacada salvajemente con un cuchillo durante una discusión. Aunque sus gritos de auxilio alertaron a los vecinos, nadie llegó a tiempo para salvarla. Minutos después, Hurtado acabó con su propia vida.
Deja dos niños en orfandad
Sara, originaria de Masachapa, deja a dos hijos en la orfandad: una niña de 10 años y un niño de 8. Su muerte ha generado indignación y un llamado urgente a fortalecer las medidas de protección para mujeres víctimas de violencia.
Un llamado a la reflexión
Este caso pone en evidencia las consecuencias letales de la violencia de género y la importancia de no minimizar las señales de abuso. Según organizaciones de derechos humanos, es fundamental que las víctimas reciban apoyo integral para romper el ciclo de violencia y evitar tragedias como la de Sara.
Autoridades y colectivos feministas han instado a la población a no guardar silencio frente a casos de violencia y a denunciar cualquier acto de agresión para proteger a las víctimas y prevenir femicidios.