El escalofriante crimen ocurrió el pasado 18 de abril en la vivienda que ambos compartían en el residencial Villa Fontana, en Managua. Según las investigaciones, Lacayo golpeó brutalmente a su madre, la roció con alcohol y le prendió fuego.
La señora Magda luchó por su vida durante 16 días en el Hospital Fernando Vélez Paiz, enfrentando graves quemaduras y lesiones internas. Sin embargo, falleció el 4 de mayo debido a la severidad de las heridas.
En la sentencia, el juez ordenó que Lacayo cumpla su condena en el Sistema Penitenciario Jorge Navarro, conocido como “La Modelo”, en Tipitapa. Este caso ha conmocionado a la sociedad nicaragüense por la crueldad y violencia con la que fue perpetrado, subrayando la necesidad de reforzar la protección a las personas mayores y atender los casos de violencia intrafamiliar.
Un llamado de reflexión
Organizaciones defensoras de derechos humanos han señalado la importancia de promover medidas que prevengan este tipo de tragedias, instando a la ciudadanía a denunciar cualquier indicio de maltrato o abuso en el entorno familiar.
Este hecho no solo refleja un caso aislado de violencia extrema, sino también un desafío para la sociedad en términos de garantizar entornos seguros y libres de violencia para todos, especialmente para los sectores más vulnerables como los adultos mayores.
