La situación de las familias de Madriz dedicadas a la elaboración y venta de rosquillas es cada vez peor, debido a que la materia prima sigue sin bajar de precios y subirle al producto, solo genera la caída de las ventas, diezmadas desde hace varios meses atrás.
Para poder elaborar este popular y exquisito producto, las artesanas han reducido su tamaño, debido a los altos costos del maíz, manteca y otros insumos, dice Doña Vilma Martínez, con 40 años de tener un taller de rosquillas en la ciudad de Somoto. “Es la primera vez que vemos todo tan caro”, señala.
“Los precios ahorita subieron porque los insumos están carísimos, hasta las bolsas subieron y ¿Qué vamos hacer nosotros? Nada, porque otros son los que ponen el precio del queso y otros insumos. Todos estamos siendo perjudicados porque hacer más grande la rosquilla no podemos y tampoco darla más cara porque, ¿Quién nos va comprar? Nadie. Hay que acomodarse a todo esto”, dijo Martínez.
Las mujeres que día a día hacen esta labor en la ciudad de Somoto y otros municipios del departamento de Madriz indicaron que los clientes cada vez que llegan y miran menos rosquillas en la bolsa, se lamentan, aunque les dicen que las entienden. “Los clientes saben que lo que buscamos es sobrevivir y no perjudicarlos”, señala Martínez.
La falta de mano de obra
Otro problema que enfrentan los talleres de rosquillas, es la falta de mano de obra. La mayoría de artesanas se han ido del país al ver que las cosas no mejoran. Las dueñas de talleres dicen que las pocas que han quedado piden más salarios y ellos no pueden pagar más.
“Buscamos cómo mantener las ventas. Le estamos haciendo el ánimo para mantener nuestro establecimiento porque la gente no puede comprar más caro y los que nos llegan a dejar la materia prima para elaborar las rosquillas, nos dicen que todo se está escaseando, porque se vende poco y han enviado la materia prima a El Salvador”, expresó una fémina quien tiene un establecimiento de rosquillas en la ciudad de Somoto.
En el departamento de Madriz, funcionan alrededor de 50 talleres de rosquillas entre los municipios de Yalaguina y Somoto, donde laboran muchas jefas de familia, que se están viendo afectadas al disminuir sus días de trabajo y las ganancias.
Tortilleras también mal
Las dueñas de tortillerías son afectadas también por el alza del maíz y la leña para la elaboración del bastimento que no debe de fallar en los hogares de la región norte del país.
Igual han tenido que tomar medidas para no dejar de trabajar: están dando solo 7 tortillas por 10 córdobas. Anunciaron las jornaleras que si esto continúa así de mal, para los próximos meses estarían dando solo seis debido a que el quintal de maíz pasó a tener un costo de 900 córdobas.
“Todo está muy caro y no podemos asumirlo todo el tiempo. Casi todos los lunes las cosas suben. Algunos clientes nos comprenden, otros no, pero es lo que está pasando, aunque queremos dar más barato no podemos porque no nos queda nada”, se lamenta Aracely Umanzor, quien tiene un negocio de tortillas en la ciudad de Somoto.
“Al paso que vamos, ya no vamos a poder comer tortillas, ya queso ya no se come por lo caro. Estamos mal”, dijo un cliente de la tortillería de Umanzor.
