Las propietarias de los talleres de rosquillas “Doña Vilma” y “Rosquillas Vílchez”, al igual que otras más ubicadas en la ciudad de Somoto, cabecera del departamento de Madriz, se muestran confiadas que en diciembre obtendrán mejores ventas, igual esperan que les vaya bien durante las fiestas de año nuevo. Adelantaron que ya trabajan pedidos para comercializar sus productos en Estados Unidos.
Las dueñas de más de 52 talleres de las famosas rosquillas que se producen en algunas comunidades del municipio de Yalagüina y sectores (barrios) de la ciudad de Somoto, en Madriz, han tenido que realizar grandes esfuerzos por mantener la producción y la calidad de este producto gastronómico que últimamente, se ha visto afectada por los altos costos de los insumos para su elaboración.
Desde la crisis social surgida en abril del 2018, fecha en que se registró un levantamiento social en contra de la actual pareja dictatorial Daniel Ortega y Rosario Murillo, la mayoría de los talleres de rosquillas se vieron seriamente afectadas, debido a que se cayeron las ventas por la ausencia total de turistas extranjeros en la ciudad de Somoto y porque se dejó de exportar este producto a los Estados Unidos, España y a varios países centroamericanos.
Los efectos Covid-19
También la pandemia del coronavirus fue otro factor que golpeó mucho a los talleres de la industria de las rosquillas, ya que muchos de sus propietarias se vieron obligadas a prescindir de sus trabajadores para evitar contagios y a tener que contar con la mano de obra familiar.
“Ya llegamos al tope de la reducción del tamaño de las rosquillas para no afectar su precio y hacerles frente a las alzas en los precios de muchos de los insumos que necesitamos para producir las rosquillas”, manifestó doña Vilma Martínez Osorio, propietaria de “Rosquillas Vilma” de la ciudad de Somoto, quien añadió que el quintal de maíz ha pasado de costar 700 a 850 córdobas, mientras el aceite, la margarina, la carga de leña y el dulce de caña también se han encarecido.
“Pues nos alegra mucho que de Managua ya nos hicieron pedidos para enviar las rosquillas que nosotros elaboramos a los Estados Unidos, por lo que estamos alistando unos dos canastos grandes. Teníamos cuatro años que no exportábamos nuestro producto, porque con las ventas en el mercado nacional no logramos sostener el negocio”, dijo Martínez Osorio.
Por su parte, Danelia Alejandra Morales Vílchez, joven a cargo del famoso taller “Rosquillas Vílchez” también de la ciudad de Somoto, explicó que las ventas han ido mejorando poco a poco pero que esperan que con la llegada de diciembre las ventas mejoren más. “Hemos estado vendiendo, pero esperamos que en el mes diciembre, que es cuando llega el fin de año, las cosas cambien a bien”, señaló.
El taller Vílchez fue fundado por su abuela ya fallecida, doña María Luisa Nolasco Vílchez. La administradora detalló que los altos costos en los precios de los insumos para la elaboración de las rosquillas, las ha obligado a reducir de tamaño y también el número de unidades en las diferentes presentaciones que empacan en bolsas para su comercialización.
“La calidad, inocuidad y gusto de nuestros productos se mantienen porque ese es nuestro compromiso con nuestros clientes que acostumbran a degustar nuestras rosquillas ya conocidas en el mercado nacional como internacional”, explicó. Agregó que se esfuerzan por mantener la calidad del producto para seguir conservando la clientela que por años ha demandado de las exquisitas rosquillas somoteñas. “Sabemos que hay problemas, pera vamos a salir adelante con nuestra oferta”, dijo optimista.
En otros talleres, como el de doña Carmen del Socorro Peralta Martínez, de la comunidad La Esperanza del municipio de Yalagüina, zona del departamento de Madriz, manifestó que en su caso han tenido que disminuir las unidades de rosquillas que contenía cada bolsa. “Aquí estamos dando 90 unidades de rosquillas por 100 córdobas, antes dábamos 120 unidades de rosquillas en cada bolsa de cien”, señaló.
Los productos para la elaboración de las rosquillas, y que han subido de precio en los últimos tres meses de este año, son el queso, que ha pasado de costar 60 a 90 córdobas, y el quintal de maíz que se vendía a 700, ahora vale 850 córdobas. La carga de leña (de 30 rajas) 200 y 250 córdobas, antes se ofrecía en 160 córdobas, mientras que otros productos como la panela de dulce de caña ya se oferta en 70 córdobas y en 100, antes su precio era de 50 córdobas las dos tapas de dulces. En cuanto a la caja de margarina, ya se compra en mil 450 córdobas, antes su precio era de 1,200.