En la cultura nicaragüense las tortillas, junto al pan, son tradicionalmente el bastimento básico que no debe faltar en la comida. No obstante, este alimento se está encareciendo y algunas tortilleras ya ofertan seis unidades por diez córdobas en Somoto y en otros casos piden dos córdobas por cada tortilla.
Los altos costos en la materia prima afectan tanto a las tortilleras artesanales como a los panaderos, los que tienen que invertir más en la producción de ambos productos, según afirman los consultados.
Las tortillas ya han perdido cuatro unidades, al ofrecerse seis por diez córdobas, porque el quintal de maíz lo compran entre 700 y 800 córdobas, hace tres meses su precio era de 450 córdobas. “Nosotros ya estamos comprando a ocho córdobas con cincuenta centavos la libra de maíz, la carga de leña (30 rajas) nos la están vendiendo a 150 córdobas y los molineros pasaron de cobrar un córdoba a dos por cada diez libras del grano de maíz molido”, dijo Thelma Marina Gutiérrez Vásquez.
Gutiérrez, quien es originaria de la comunidad de Santa Isabel del municipio de Somoto, acostumbra a diario vender sus tortillas junto a otras mujeres en una de las esquinas de las calles de esta ciudad.
Tratan de mantener precios para no afectar a consumidores
Heisi del Rosario Gutiérrez Mairena, de la comunidad somoteña de Aguas Caliente, dijo que en el mercado municipal de Somoto las tortilleras ofrecen a dos córdobas cada tortilla y en otros casos ya se venden seis por 10 córdobas, “nosotras mantenemos ocho tortillas por diez córdobas, porque a pesar de lo caro que está el quintal de maíz, la carga de leña y la molida de maíz, preferimos seguir ofreciéndolas a precios que no afecten el bolsillo de los hogares de las familias pobres cómo nosotras”, señaló.
Victoria Mairena, otra tortillera y vendedora tradicional de este producto, expresó que mantienen el precio por conciencia con la gente pobre “a mi me duele ver a la gente cómo se la rebusca para comprar unos diez córdobas de tortillas para darle de comer a sus hijos y ver que sólo se les da seis cuando antes eran ocho”, puntualizó.
Las comerciantes coinciden en señalar de que a cómo van las cosas posiblemente ya ni las tortillas ni el pan se va consumir en la mayoría de los hogares pobres, “recuerde que todo está subiendo, desde los huevos, carnes, verduras y la crema, el queso y la leche”, aseguró Victoria Mairena.
“Es preocupante encontrar todo caro aquí (en Somoto) porque ya no se ajusta con el salario que uno gana para mantener a la familia. Todo sigue subiendo de precio”, comentó Estebana del Rosario Herrera Tercero, habitante del sector (barrio) de Los Maestros, ubicado al noroeste de la ciudad de Somoto, mientras hablaban las tortilleras entrevistadas.