Holman Espinoza, religioso del Instituto de Vida Consagrada Misioneros Marianos, informó a La Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa) que Sándor “quería ser religioso en nuestra comunidad. Yo estaba tratando de ayudarlo en lo que podía”. “Estamos muy consternados, era un chico muy bueno, amable y servicial”, manifestó. Espinoza dijo a los medios en ese momento que Sándor “estaba caminando por la calle, cerca de la iglesia San José, cuando le dispararon en el pecho”.
El religioso señaló que por las calles de León en ese momento “no se puede transitar porque hay disparos en todo momento. Hay mucho peligro”.
A un año del asesinato del monaguillo leones, su progenitora Ivania del Socorro Dolmus manifestó a un medio de León qué aun lo ve moviendo las cuerdas que suenan las campanas de la Catedral de León, cada día al término de su jornada laboral.
El asesinato de Sandor Dolmus, que entre tantos sueños contemplaba conocer a Monseñor Silvio José Báez, uno de los rostros más queridos de la iglesia católica en Nicaragua, aún sigue en la oscuridad del Sistema de Justicia nicaragüense.
Reacción de Monseñor Silvio báez
Sandor Manuel Dolmus, aun con un disparo en el pecho logró caminar hasta el Hospital Escuela Oscar Danilo Rosales Arguello (Heodra) en León, pero todo el proceso de atención médica estuvo lleno de irregularidades hasta que fue declarado muerto a su mamá, así lo ha declaro su madre en diversas ocasiones.
Como en todos de los crímenes cometidos en Nicaragua tras los "Planes de limpieza" no existen culpables ni detenidos aún sumando más de 300 los asesinatos.
Con información de Radio Darío y ACI Prensa