Las alfombras pasionarias van evolucionando con el tiempo, sin embargo, no pierden su originalidad gracias a una tradición que se remonta a poco más de un siglo. Motivadas por la creatividad, disposición, imaginación y en especial la fe de un pueblo de artistas, quienes utilizan las técnicas y la materia prima que tiene a mano como el aserrín rojo y blanco que desprende de la madera nativa que se cultiva en la región, el arroz, arena del cerro negro, harina, sal y otros elementos al que le da tono con la combinación de colorantes para elaborar cada imagen, cuadros vistosos y representativos a la pasión, muerte y resurrección de Jesús, los apóstoles y la Virgen María durante la Semana Santa en las calles de la ciudad de León.
El acto de tradición y fervor religioso bendijo a la familia Hernández, que con sus laboriosas y expertas manos elaboran los tapices en la ya conocida «Calle de las Alfombras», cuya tradición nació en el pueblo indígena de Sutiaba, para el paso del cortejo procesional del Santo Entierro y que ahora también realizan el Lunes Santo, en la calle de la calzada de la Ciudad Metropolitana en honor a San Benito de Palermo.
Claudia Hernández, originaria de la comunidad indígena de Sutiaba, se involucró desde pequeña a participar en esta tradición con los miembros de su familia y este año no fue la excepción, retrataron el Cálix, los rostros de La Dolorosa, María, Jesús y San Benito de Palermo en honor a su día.
“Me preparo con tiempo buscando el material que utilizamos mientras llega este día, el que esperamos con devoción. Aquí nos apoyamos entre todos para cumplirle al Señor”, dijo la artesana.
Hernández, cuenta que para elaborar estas vistosas y coloridas alfombras, los artesanos invierten un poco más de dos mil córdobas en la compra de materiales, principalmente en la rodamina que es lo más costoso y el viaje al Cerro Negro para obtener la arena, materiales esenciales que utilizan para darles el tono del grafiti y vida a los cuadros expuestos el Lunes Santo, entre la plaza parque Juan José Quezada, y la calzada Rubén Darío con la procesión solemne de San Benito de Palermo y el viernes en la “Calle de las Alfombras” en Sutiaba con el Santo Entierro.
Pocos participantes por falta de financiamiento y ola de migración
A pesar que los artesanos ven oportuno estas festividades de Semana Santa para promover el arte y la tradición del pueblo de Sutiaba, lamentaron la ausencia de algunos miembros de sus familias, que han migrado “principalmente la mano de obra joven que nos ayudaba en esta intensa jornada”, manifestó Agustín Hernández, mientras recreaba el rostro de La Dolorosa con facciones antiguas y delicadas.
“Hay poca gente participando porque no hay suficiente financiamiento por la situación económica. Como familia estamos invirtiendo nuestros propios recursos y eso nos hace felices porque reconocen el esfuerzo que hacemos en estas fechas importantes, a pesar que mis sobrinos que nos apoyaban han emigrado a Estados Unidos, España y Costa Rica”.
En el atrio de la Catedral de León encontramos al artesano Edwin Crespín, junto a tres miembros de su familia, incluyendo un menor de edad que ayudaban a elaborar 7 alfombras de aserrín.
“Tengo 26 años de experiencia y las imágenes están grabadas en mi mente, sin necesidad de machote. El secreto de ésto es saber combinar y darle el color que vas a usar en cada cuadro, en el que se invierte mucho dinero, unos tres mil córdobas en cada una, la combinación de colores y materiales que se utilizan es impresionante”, indicó.
Alberto Sánchez, junto a Arlen Mercedes Hernández, también artesanos, elaboraron siete alfombras con medidas de 2x2, en las que resaltan la imagen de San Benito, la Sagrada Familia y la imagen de Jesús y San Pedro.
Un pueblo que conserva cultura y tradición
Estos artesanos recuerdan que hace 40 años, les facilitaban corozo, cimarra, cal, tierra y curtiembre color celeste para elaborar las alfombras y aunque en la actualidad han cambiado la calidad de la presentación de los cuadros, luchan por mantener viva su cultura y tradición lo que determina el aspecto y la precisión de las alfombras.
La elaboración de las alfombras pasionarias empieza desde tempranas horas. Los cuadros deben de estar terminados a las 4:00 de la tarde, hora en que sale la solemne procesión de la imagen de San Benito de Palermo del Santuario en la Iglesia San Francisco para recorrer las principales calles de la Ciudad Universitaria adornadas de banderines, altares y tapices en el pavimento a base de aserrín teñido en vivos colores.
Los devotos y promesantes de San Benito de Palermo acompañaron al santo siciliano, entre ellos María Vanegas y su familia que visten de luz, una túnica blanca con un cinto negro en la cintura y cubierta la cabeza con una pañoleta del mismo color para pagar promesa por la salud.
“Estamos vestidos de blanco que significa pureza y luz, que representa el santo. Una fe que nos mantiene vivos y unidos”, expresó la feligrés.
De igual forma lo hizo Tamara Vargas, una creyente de Dios, “los que somos fervientes católicos estamos preparados para cumplir con cada una de las enseñanzas de Jesús, principalmente es estos días, a pesar que la pandemia está latente hemos acudido a las procesiones porque puede más la fe que lo que nos amenaza hoy en día, porque estamos protegidos por Dios y la Virgen”, expresó.
Durante la Semana Santa, las procesiones suelen ser muy coloridas en el occidente de Nicaragua, donde cientos de feligreses participan activamente.
La carroza cargada por unos 20 jóvenes, llevaba la imagen del santo con su tradicional faldón morado y fue adornada con ángeles, margaritas y rosas blancas.
En este festejo religioso, los devotos y promesantes también repartieron chicha de maíz negro, una tradición religiosa del pueblo católico de León, en honor a San Benito en la iglesia San Francisco.
Sebastián Salinas, gestor cultural independiente en el departamento, manifestó que se van elaborar en total 90 alfombras de aserrín desde el Viernes de Dolores hasta el Viernes Santos, y se apoyarán en estudiantes de los colegios, la pastoral y artesanos de Sutiaba, para destacar una de los mejores artes con valor literario que el pueblo indígena tiene en el turismo religioso durante la Semana Santa.
El educador aprovechó para invitar a la ciudadanía a contemplar las 120 procesiones que realizan los 16 templos católicos durante la Semana Mayor, un fenómeno religioso y único en América Latina.
