El establecimiento de juegos de azar que estelianos denunciaron la semana pasada de varias estafas, fue cerrado. Ahora los afectados, esperan que no se trate de solo un traslado de lugar, sino que definitivamente no se abra más.
Hace seis días, varias personas contaron que el negocio promocionaba juegos con reglas poco transparentes y plagados de trampas, en el que “la casa” nunca perdía. El local fue denunciado por al menos una docena de personas en los últimos dos años, debido a que supuestamente, con engaños y artimañas asediaban a los ciudadanos que pasaban por el lugar y los convencían de jugar hasta hacerlos perder su dinero.
Hasta la redacción de esta nota, se desconoce si el negocio señalado fue obligado a cerrar por órdenes de las autoridades o si los comerciantes vecinos, lograron convencer al dueño del local que le suspendieran la renta del lugar, porque también a ellos los afectaba la crítica. “La gente ya no quería pasar por aquí”, lamentaban. “Dicen que vino una patrulla”, dijo otro comerciante.
Piden les cancelen permiso
En el sitio, trabajaban unas 10 personas en su mayoría hombres. Los pobladores temen que si las autoridades no les cancelan el permiso, se ubiquen pronto en otro punto de la ciudad, ya que en una ocasión anterior, también fueron desalojados y al cabo de unos meses, volvieron a operar.
Una de las comerciantes que se ubicaba cerca del establecimiento confirmó que “una patrulla de la policía se presentó y al rato desalojaron el inmueble”.
Por su parte, el joven Martín Picado, criticó al negocio. “Es que era malo lo que estaban haciendo, porque engañaban a la gente. Las autoridades deben poner cartas en el asunto, tomar las cosas en serio para que no brinden ese tipo de permisos porque están perjudicando a la ciudadanía”, acusó.
“Me parece súper bien que esté cerrado ahora ese negocio estafador, pero tememos que lo abran otra vez. Si lo abren nuevamente, será ya demasiada corrupción”, añadió el joven esteliano.
El local se ubicaba en el sector de Textiles Kannan. En ocasiones anteriores, se intentó conocer la versión de los dueños, pero siempre se mostraban agresivos contra los periodistas y les señalaban de golpistas y tranqueros