Con la participación de 15 efectivos militares, el procedimiento de desactivación y detonación fue realizado sin incidentes y con el máximo cuidado para proteger a la población. Según informó el Ejército, previo a la detonación, los equipos se aseguraron de notificar casa por casa a los residentes de las comunidades cercanas, explicando la naturaleza del movimiento militar y la inminente explosión, para evitar cualquier alarma entre los habitantes.
La presencia de una mina en esta zona generó preocupación en la comunidad, dado que estos artefactos explosivos pueden representar un riesgo significativo, especialmente en áreas rurales y pobladas. Las autoridades no han especificado cómo llegó la mina al lugar, pero el Ejército destacó que la operación responde a sus esfuerzos continuos por mantener la seguridad en las zonas rurales de Nicaragua, donde la detección y neutralización de explosivos es una prioridad.
Seguridad y profesionalismo en la operación
El Segundo Comando Militar Regional reafirmó su compromiso de velar por la seguridad de las comunidades y aseguró que el procedimiento se realizó cumpliendo todos los protocolos necesarios para salvaguardar a la población. La colaboración entre el Ejército y el Cuerpo de Ingenieros fue clave para el éxito de esta operación, demostrando una vez más la capacidad de respuesta de las fuerzas armadas en la detección y eliminación de amenazas.
Las autoridades no han emitido aún un comunicado sobre la frecuencia de este tipo de operaciones, pero hicieron un llamado a la ciudadanía a mantener la calma y confiar en las fuerzas de seguridad para manejar situaciones de este tipo.