En la misa se encomendó a cada joven que fue asesinado durante ese fatídico día, al finalizar la misa los y las ciudadanas entonaron el Himno Nacional, además de gritar cada nombre de los asesinados, en ese momento llegaron 3 patrullas de la Policía junto a Fuerzas especiales, formando una línea frente a los manifestantes.
El templo estaba adornado en el centro por una mesa cubierta por la bandera nacional, y unas candelas que simbolizaban el esfuerzo y la lucha de quienes soñaban vivir en una Nicaragua libre. Ese trágico día marcado por la sangre, fue anunciado a los jinotepinos por el sonido ensordecedor de las balas, morteros y las campanas de la iglesia Santiago, las cuales estaban acostumbradas a anunciar la cercanía de los feligreses con Dios, pero en el contexto de las protestas antigubernamentales y especialmente el día del Plan Limpieza se habían convertido en el Heraldo de la muerte.
En la ceremonia, las lágrimas en medio de abrazos por el recuerdo de quienes partieron en combate fueron incontenibles. El Padre de Alejandro Cardoza, quien tenía 17 años expresó “ su ausencia ha sido muy dolorosa, pero muy fructíferos por su lucha, y no la podemos dejar”, por su parte la madre de José María Campos, Conocido como “Chema Campo dijo “fueron nuestros hijos y no los arrebataron, extraño todo él” concluyó la señora con palabras quebrantadas.
Cabe señalar que el rito, fue asediado por presencias policiales.