Esta invaluable joya del siglo pasado es orgullo de los diriambinos, tanto dentro como fuera del país y permanece en pie desde 1935.
Para el 2002 por un acuerdo municipal fue declarado Patrimonio Cultural de la ciudad, que en su acervo cuenta también con la obra del Güegüense, que la Unesco, declaró en el año 2005 Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Después de la Basílica menor de San Sebastián, que conserva los frescos centenarios del maestro Rodrigo Peñalba, que se mantuvieron ocultos por medio siglo, el reloj es considerado el segundo símbolo más importante de la ciudad.
Se conoce que desde que fue construido, ha sido pintado solo en dos ocasiones, pero es la primera vez que fue restaurado por completo.
Los trabajos, además del mantenimiento y la actualización del Reloj comprenden el remozamiento de paredes y pintura general, nuevas escaleras, exposiciones fotográficas con la historia del Monumento y sistema de iluminación y climatización.
Esta monumental obra supera los tres millones de córdobas.