El invierno ya entró de lleno en el país y las lluvias han sido intensas. No obstante, los pescadores del balneario de La Boquita y Casares zona costera de la ciudad de Diriamba, Carazo, no han dejado un solo día de ingresar a las profundidades del mar, muy a pesar que el oleaje es intenso.
Pese a los pronósticos y al fenómeno de marea alta provocada por las fuertes corrientes de los distintos ríos que desembocan en el mar, La Fuerza Naval, ubicada a cien metros de la costa de Casares, aún no suspende las labores de pesca, sin embargo, mantienen vigilancia permanente en la zona.
Pescadores de ambas comunidades costeras dedicadas meramente al comercio de mariscos, indican que el invierno para ellos es una de las mejores, ya que el frío provoca que los peces salgan hacia la superficie, lo que permite abundancia de producto.
“Aquí la temporada de lluvia para nosotros es peligrosa porque el mar se pone bravo, las olas son más altas y fuertes, pero también es una oportunidad que tenemos una vez al año de levantarnos y pagar nuestras deudas, ya que sale bastante pescado de todo tipo, todo es que la lluvia sea moderada, y no con rayería, podemos ingresar a pescar”, expresó Marvin Ayala, pescador y vendedor de mariscos de Casares.
Ayala también indicó que como pescadores corren el riesgo de ser alcanzados por un rayo dentro del mar, pese a ese temor no tienen otra opción de supervivencia, “Nos da miedo, pero nuestras familias tienen que comer a diario y en esta temporada es cuando se aprovecha, aunque a veces hay demasiadas heladas dentro del mar y los peces se van hacia el fondo y la pesca es mala”.
Autoridades mantienen luz verde
Por su parte René Antonio Baltodano, también dedicado a la pesca, narra que cuando hay tormentas eléctricas y la Fuerza Naval les comunica que no pueden ingresar al mar, es la única manera que existe para que las labores de pesca se suspendan.
“Por el momento no hemos tenido aviso de las autoridades, aunque estando dentro del mar se siente una corriente pesada, un viento muy fuerte y el oleaje esta súper alto que nos mueve bastante la lancha, pero esos son los riesgos que corremos, así llueva todos los días y mientras no haya aviso aquí nosotros seguimos pescando”, dijo Baltodano.
A pesar que son más de mil quinientos pescadores en la zona costera de Diriamba, no existe una organización que aglutine a este gremio y las medidas de seguridad son tomadas por cada grupo de pescadores que ingresa al mar sin contar con un seguro de vida que beneficie a sus hijos una vez que les ocurra cualquier accidente en alta mar.
