Hablar de Furia y Toro en cada rincón del departamento de Carazo es tomar una silla y sentarse a recordar cada episodio, como si tal fuese una película de terror, Herlio José Jarquín Cortez, es el nombre del hombre que puso a todo el país entero en zozobra.
Allá por el año 2014 exactamente el 25 de octubre, inició en Carazo la travesía más escalofriante que se pudo vivir, pues en cada comunidad rural se escuchaban los rumores de que el “Furia y Toro” andaba haciendo de las suyas, todo el municipio, al igual que el país entero, estaba bajo suspenso, ya que se trataba de un asesino, quien se había escapado de las celdas de la ciudad de Jinotepe, Carazo, tras un mitin provocado por los mismos reos.
“Furia y Toro”, seudónimo que adquirió estando en prisión, por su fuerza brutal y su distinguida figura robusta y forajida, fue acusado por el asesinato del joven Carlos Manuel Téllez Luna, originario de la ciudad de Santa Teresa, luego de burlar la seguridad policial de la cárcel, empezó a sembrar el terror en el departamento, pues violaba e intimidaba a cada mujer que se encontraba a su paso y robaba a mano armada.
La historia de este hombre, quien estuvo prófugo por tres largos años, se convirtió en una de las anécdotas más escalofriantes merecedora de ser narrada en uno de esos famosos cuentos radiales de Pancho Madrigal, ya que se decía que Herlio Jarquín era un brujo que practicaba la magia negra y hasta tenía como amuleto una piedra color verde que él mismo se la había quitado de la frente a un venado, misma que supuestamente lo hacía invisible, razones por las cuales no podía ser capturado por las autoridades policiales de Managua y Carazo.
Habitantes de cada barrio empezaron una especie de vigilancia en cada cuadra, en cada casa y en cada camino, desde las seis de la tarde las calles en Carazo lucían áridas, todos se encerraban con el temor de que en algún momento apareciera el furia y toro, solamente los que hacían la vigilancia quedan a la expectativa.
Logran la captura del Furia y Toro
Un 25 de febrero del año 2017, tras un rosario de delitos perpetrados en varias comunidades del departamento de Carazo, fue capturado bajo un fuerte dispositivo policial Herlio José Jarquín Cortez, en la comunidad de “El Chanal”, jurisdicción de Diriamba.
Al momento de su captura portaba un revólver marca Taurus, calibre 38, con la serie borrada, 13 proyectiles y un machete niquelado, se encontraba celebrando el cumpleaños de una de sus hijas. Este fue el único reporte público que la Policía Nacional dijo al momento de presentarlo ante los medios locales y nacionales.
La noticia corrió como pólvora por todo el departamento y el país, dando un ambiente de paz y tranquilidad, debido a que días antes el hombre más temido de Carazo había cortado la mano de un certero machetazo a Arsenio López, habitante de la comunidad Sontole de Diriamba, cuando este se dispuso a darle persecución porque había ingresado a su vivienda a querer robar, éste fue su último delito.
A su gran lista de delitos se suman el intento de violación a una quinceañera de una comunidad rural de Santa Teresa, abigeato, robo con intimidación, lesiones gravísimas y lesiones agravadas, asesinato y quebrantamiento de condenas.
El miedo nunca se fue y persiste en la actualidad
Ya han transcurrido cinco años desde que Furia y Toro fue condenado a la pena máxima de treinta años de prisión, sin embargo, el miedo sigue apoderado de la población caraceña puesto que temen burle por segunda vez la seguridad policial o por si fuera poco que salga libre bajo el beneficio de indulto que ofrece gobierno de los Ortega, Murillo.
En la actualidad don Arsenio López, indica que vive con el temor de que el hombre que le cortó su mano derecha vuelva a aparecer en su casa, “Todo es posible, al saber si ese hombre ya anda libre otra vez, uno nunca sabe con tantas mañas que se tiene, a mí me desgració la vida al cortarme mi mano y mi temor es que aparezca a querer vengarse porque lo denuncié”.
López, quien se dedica al trabajo del campo, dice haber vivido una pesadilla de la cual todos los días no despierta al verse sin su mano, pues era uno de los que no creía en lo que se decía de su agresor.
“Ese hombre es el mismo demonio, hasta la mirada es tenebrosa, ahora sí puedo decir que la gente tiene razón en sentir y tener miedo, porque si ese hombre sale de la cárcel aquí vamos a volver a vivir esos momentos de angustias y miedos que sentimos hace tiempo, aquí nada se nos olvida, siempre hay pláticas en las noches, eso se quedó a vivir con nosotros”, expresó López.
Lo cierto es que Herlio José Jarquín Cortez, alias “Furia y Toro” fue y sigue siendo uno de los tantos cuentos de miedo que en momentos de reunión familiar suelen contarse, muchos oran y rezan para que cumpla la condena que se le imputó.
