Joven diriambino que critica acciones estatales decidió emigrar, por recibir amenazas de muerte de paramilitares armados y simpatizantes sandinistas
Con la voz entrecortada por los malos recuerdos que asoman a su mente, luego de haber estado secuestrado 11 meses en la mazmorra de El Chipote, cárcel de máxima seguridad en Nicaragua, Vidal Canizales Hernández, quien ya pisa suelo americano nos cuenta su travesía.
Una mochila, una chaqueta, una botella con agua, un mapa y la necesidad de salvar su vida, fueron los instrumentos perfectos para que Canizales tomara la drástica decisión de aventurarse como indocumentado hacia Estados Unidos.
“No fue nada fácil para mí, primero dejar a mi familia con la incertidumbre de no saber de mí. Al ver que no tenía otra salida, tuve que emprender mi viaje solo, con poco dinero y solamente con un mapa que logré conseguir. Me fui todo el tiempo caminando, siguiendo el mapa, cuando llegué a México fue todo un problema, me estafaron, me robaron todo e intentaron secuestrarme en dos ocasiones y lo peor que me enfermé”, dijo Vidal por medio de llamada telefónica.
En su relato el joven, quien es originario de la ciudad de Diriamba, Carazo, comenta que tuvo que pedir ayuda a muchas personas a través de sus familiares para poder continuar su rumbo, ya que estuvo en el país mexicano dos semanas al intemperie y enfermo de tos y fiebre. “Fue lo más triste, me sentía perdido, pero ya Dios hizo que mi madrina se lograra comunicar conmigo y ella me ayudó, sané y empecé nuevamente mi camino hacia la frontera estadounidense y aquí estoy”.
El 26 de diciembre del año pasado Vidal Canizales se entregó a las autoridades migratorias de Estados Unidos, deshidratado, hambriento y con su carta de amnistía en sus manos, documento legal que fue emitido por el gobierno de Daniel Ortega a todos los presos políticos cuando fueron liberados.
Este fue su segundo intento de entrar a ese país y en esta ocasión todo resultó bien.
“Yo le doy gracias a Dios porque todo el tiempo guardó mi vida, mi vida que en Nicaragua querían quitarme por solamente pensar diferente a como todos los nicaragüenses. También le doy gracias a las autoridades de Estados Unidos porque es un país de libertad, donde me han acogido muy bien. No tengo ninguna queja, más que solo agradecimiento, a mi familia que quedó sufriendo por mí en Nicaragua les digo que vamos a salir adelante y algún día nos volveremos a ver”, añadió Canizales.
Asedios, amenazas de muerte y encarcelamiento nunca cesaron
Después que Vidal Canizales Hernández saliera de El Chipote, el 20 de mayo del año 2019, se le entregó su carta de amnistía. Sin embargo, no fue suficiente, ya que simpatizantes del gobierno en conjunto con paramilitares se encargaron de asediar su vivienda y no lo dejaban desempeñarse laboralmente.
“Yo empecé mi trabajo como conductor de moto taxis, pero si no me seguían en motos, me gritaban golpista. En dos ocasiones fui agredido físicamente por paramilitares, me golpearon y yo fui a la estación policial a poner mi denuncia, ni siquiera me tomaron la declaración, no me hacían caso, solo sabían decirme que eso me pasaba por golpista y que no habían pruebas y una vez un amigo me dijo que iban a volver a meterme preso porque estaban reabriendo los casos de amnistías y por eso decidí huir de mi país”, argumentó el joven diriambino.
Vidal siente que fue un milagro que Dios hizo en su vida, porque también fue retenido por cinco horas por autoridades de migración y extranjería al pasar por uno de los retenes del camino hacia el vecino país de Costa Rica. “Me bajaron del bus y le dijeron al chofer del bus que se fuera, en ese momento yo solo dije Dios ayúdeme porque aquí voy de regreso preso otra vez para Nicaragua, ellos me dijeron, ya sabemos quién eres estás en la lista, sos un golpista, vende patria, ahora te vas a quedar aquí, pero de tanto pedirle a mi Dios después me dejaron ir”.
Secuestrado, torturado y encarcelado en El Chipote.
Vidal Canizales, fue secuestrado por la Policía Nacional en conjunto con paramilitares armados el 27 de julio, después de haberse registrado la famosa operación limpieza en la ciudad de Diriamba, el 8 de julio del año 2018.
El joven de tan solo 30 años de edad, fue sacado de su casa de habitación por la Policía Nacional y paramilitares a punta de golpes y fue remitido a la estación policial de Jinotepe donde vivió un proceso judicial acusado por los delitos de crimen organizado, terrorismo, tenencia ilegal de armas y secuestros.
Para esa fecha los padres del joven denunciaron ante la CPDH la injusticia y violación a los Derechos Humanos de su hijo, ya que cada vez que lograban verlo presentaba golpes visibles en la cabeza, rostro y abdomen.
“Me llevaron a juicio y me declararon culpable de esos delitos que yo no cometí, me trasladaron a El Chipote y ahí la cosa se puso fea, porque junto a mis otros compañeros viví las peores torturas de mi vida. Eso era el pan de cada día y todavía antes de darme la amnistía me pegaron una malmatada que no fue jugando, pensé que me iban a matar a golpes”, recordó Vidal en medio de sollozos.
El 20 de mayo del año 2019 Vidal Canizales fue recibido por sus familiares y vecinos en su casa de habitación, con golpes visibles en todo su cuerpo y con una lista de abstenciones que debía cumplir, siendo una de esas no volver a alzar su voz en contra del gobierno de Daniel Ortega.
