Dos muertes por suicidio se registraron en la primera semana del mes de enero de este año en la ciudad de San Marcos, Carazo, siendo las víctimas no mayores a los cincuenta años de edad.
Ambas familias coincidieron que un estado de ánimo depresivo pudo haber sido la principal causa que llevó a las víctimas a tomar la drástica decisión. Sin embargo, no lograron detectarlo a tiempo.
Una joven de 22 años de edad fue la primera víctima de suicidio, quien según una tía había caído en las garras de la depresión al ver a sus padres con enfermedades crónicas, pero nunca se imaginaron que esa situación la llevaría a tomar la decisión de suicidarse, pues no vieron en ella intenciones.
Mientras que la otra víctima, un hombre de al menos cuarenta años de edad, no soportó el abandono de su cónyuge por lo que se refugió en el alcohol, según su hijo de 18 años su padre no encontró la ayuda necesaria a tiempo porque siempre guardó silencio.
Según Noel Mendieta, psicólogo clínico y terapeuta familiar, la depresión es un trastorno mental, donde el estado de ánimo es muy bajo, donde muchas veces la persona es invadida por la tristeza, asociados a la alteración en el comportamiento del grado de actividad y de comportamiento.
A finales del 2021 el suicidio cobró dos vidas en la ciudad de Diriamba, una de las víctimas fue un menor de 12 años que habitaba en una comunidad remota de la ciudad, de quien hasta la fecha se desconocen las verdaderas causas que lo llevaron a acabar con su vida, el otro suicida fue un joven de 19 años de edad.
Las alertas son visibles y es necesario buscar ayuda profesional.
Una cifra alarmante de 330 muertes por suicidio a nivel nacional se registró en el año 2020 por el Minsa, a esto hay que agregar el subregistro ya que no siempre todos los casos de suicidios son documentados, debido a que los familiares de las víctimas deciden guardar silencio o bien porque muchas veces los casos ocurren en las comunidades rurales alejadas de la ciudad y las autoridades competentes no toman muy en serio este tipo de casos.
Para el psicólogo Noel Mendieta Mendoza, es fácil detectar a una persona depresiva, ya que es una condición psicológica médica donde la persona se nota todo el tiempo triste, quiere estar dormido, se aísla, siente que todo lo que hace le sale mal, tiene baja autoestima, todo lo mira oscuro, sus días son grises y ve la vida sin sentido.
“Todos estos son síntomas de una depresión peligrosa, que nos indican que una persona llegará a tener pensamientos suicidas y que posiblemente llegue a acabar con su vida, ya que conforme se sumerge en su depresión inicia a planificar, cómo lo voy a hacer, cómo, dónde lo hago y en qué momento del día lo hago y no tiene tiempo para nada más que pensar en acabar con su vida”, recalcó Mendieta.
El psicólogo también indica que el encierro es una de las alertas más comunes, la cual está visible en los jóvenes, ya que muchas veces no quieren tener contactos con la sociedad, deja de realizar sus actividades rutinarias y mantiene una conducta negativa y guarda mucho silencio.
Pero, no siempre una persona depresiva guarda ese silencio, porque otros dan señales de acabar con sus vidas, pues al platicar con sus amistades lo primero que dicen es “Me quiero Morir” y ojo con este dato, porque es el momento preciso de buscar una ayuda profesional para esta persona, antes que cumpla con sus pensamientos.
“Los suicidios son tratados como un tema tabú por la sociedad y es algo que debemos ir erradicando de las mentes, porque esto se ha vuelto una pandemia más en nuestro país y en el mundo, debemos educarnos y entender que ir donde un psicólogo no es porque estés loco, se tiene que volver una necesidad y algo rutinario donde todos estemos dispuestos a soltar nuestros problemas, a vivir nuestros duelos con dolor y con paciencia, a llorar sin vergüenza y sobre todo a pedir ayuda”, añadió Mendieta.
Greyling Rojas, especialista en psiquiatría, argumenta que los signos de suicidios siempre están presentes y que solo basta con poner atención. “Por lo general la persona se despide, empiezan a regalar objetos de valor, se queda ido con la mirada fija al horizonte y hay cambios de conductas bruscos”.
“Una persona deprimida es altamente riesgosa para que cometa un acto suicida, lo planifique o tenga ideación suicida, por lo que cualquier persona puede visitar a un psiquiatra, no necesariamente por una enfermedad, pero existen etapas de la depresión que primeramente son tratadas por el psicólogo, ya cuando una persona no logra salir de ese estado de ánimo, es remitido con nosotros para tratar más a fondo esta depresión”, dijo la especialista en psiquiatría.
Rojas también argumenta que una persona con ideación suicida o intento suicida no mejorará con terapias y se tiene que recurrir a la medicación, porque sus ideas van más allá de su control mental donde muchas veces hay que recurrir a una hospitalización de carácter urgente, pero que lamentablemente en el país este tipo de condiciones está pasando desapercibida.
“Los suicidios siempre han existido y han estado en niveles muy altos, el problema es que las personas hasta cuando que observan suicidios frecuentes en las noticias ya empiezan a alarmarse y a ponerle importancia, pero existen muchos factores que nos pueden llevar a un estado de ánimo depresivo, el post parto, por ejemplo, pérdidas de familiares, el encierro por la pandemia e incluso la pérdida de un objeto de valor”, informa Rojas.
Las redes sociales pueden ser nuestros aliados
Mantener una plática social muy íntima por medio de sus redes sociales, dejar atrás el orgullo y la vergüenza, salvó la vida de Ruth Mendieta una joven madre caraceña que se encontraba sumergida en el mundo de la depresión.
Según Ruth, su proceso inició en el año 2020, cuando quedó embarazada por tercera vez, luego de un parto gemelar, situación que le sumó el encierro por la pandemia y muerte de algunas amistades y conocidos.
“Yo estaba cansada, cuidando a tres niños, dos de tres años y uno recién nacido, las tareas de la casa y por si fuera poco sin salir por la pandemia, empecé a sentirme enojada todo el tiempo, lloraba, sentía ansiedad, no hablaba con nadie y eso me llevo a tener pensamientos tristes y ahora que salí de todo eso pienso y estoy segura que una persona depresiva puede llegar al suicidio fácilmente si no busca la ayuda adecuada”, comenta Mendieta.
Además, indica que empezó a buscar ayuda con una amiga, con quien hablaba a través de mensajes por WhatsApp y quien empezó a ser su terapeuta, luego en medio de su desesperación buscó ayuda espiritual.
“Un día me dije que no podía seguir así, que necesitaba salir de ese estado, comencé a tener comunicación con Dios y empecé a fortalecerme espiritualmente y siento que eso me ha ayudado a salir de ese mundo oscuro donde estaba metida, donde me sentía sin fuerzas y sin ganas de vivir, es un proceso largo porque aún lo vivo, pero ya no en silencio, la clave es esa, no encerrarse y buscar cómo hablar lo que nos está pasando”, añade la joven madre.
Las redes sociales también pueden ser de gran ayuda en un proceso depresivo agudo, ya que muchas veces por medio de una publicación las personas pueden darse cuenta del estado de ánimo, ya que una persona que frecuentemente realiza publicaciones tristes o de las ganas que siente de morirse es digna de que atendamos inmediatamente ese llamado de alerta, enviando mensajes positivos mientras buscamos ayuda profesional para ella.
