Don Joaquín también acarreó bultos y productos de comerciantes, durante el mercado se encontraba en el centro de la ciudad por lo que es un señor reconocido por su esfuerzo y trabajo diario.
Pero ahora llegando casi a los 90 años la fuerza se ha ido, solo quedan las ganas de trabajar, de ganarse el pan de cada día con el sudor de la frente.
Para don Joaquín sentarse a esperar no es opción así que tras no poder trabajar acarreando la mercadería de sus clientes, decidió comprar algunos artículos de segunda mano para venderlos en el centro histórico de la ciudad de Jinotepe, exactamente en la acera del Palacio de Bellas Artes, antiguo edifico del colegio Alejandro García Vado.
Pedro Joaquín Zequeira Reyes es un señor bajito, de piel morena, contextura delgada y con manos fuertes, hace unos meses dejó el trabajo de acarrear mercaderías, aunque asegura que aún se levanta sin tambalear.
"Usted me ve que me pongo de pie y yo no tambaleó", aseguró el octogenario que comenta que la gente lo conoce por ser honrado, respetuoso y se jacta al mencionar que de su boca jamás se ha escuchado una mala palabra.
“A mí la gente me conoce, de esta boca jamás sale una grosería, jamás sale una ofensa, yo sé que arriba hay un Dios que me cuida y siempre ve por mí, en estas semanas he vendido para ganarme la comida, no quiero ser carga”. Enfatiza don Joaquín.
Para don Joaquín recibir una ayuda en esta navidad significa mucho pues las ventas no han estado buenas y las ganancias de las mismas son relativamente pocas.
Si en su corazón está ayudar a este anciano puede hacerlo dirigiéndose a la acera del colegio dónde este se ubica de lunes a viernes desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde.