Desde su humilde vivienda, construida a base de madera, plástico y zinc, donde la escasez es evidente, pero donde el amor sobra y abunda, Carmen cuenta con voz pausada y calmada que a ella la conmovió la situación de Elías Moisés, pues era un recién nacido, cuando lo tomó por primera vez entre sus brazos. Ella era amiga de la mamá, una mujer sordomuda que tras quedar embarazada fue abandonada por el padre del niño. Incluso la señora comenta que la fue a cuidar al hospital cuando dio a luz.
Casa de Elías y Victoria
Ante la difícil situación la progenitora del pequeño no se hizo cargo y le pidió a Mercado que criara al niño, y así lo ha hecho, lo ha cuidado, alimentado y acompañado durante la enfermedad, necesidad, hambre, pues a veces no comen los tres tiempos.
Ella siempre ha sido muy luchadora, ha trabajado en el campo y vendiendo en los mercados, de esa forma ella ha tratado de suplir las necesidades de ambos. Sin embargo, el cuidar al pequeño Elías es más demandante y requiere de cuidado completo y el conseguir el pan de cada día es más complicado.
Sus dolencias en las articulaciones no le han impedido cargarlo para moverlo de la cama a la silla, o a su cuna, que ya no presta la condición adecuada, elaborada de madera, pintada de verde, color que se ha desvanecido por el sol, la lluvia y el pasar de los años. Dentro de la cuna se encuentra un carro, uno de los pocos juguetes del menor.
Por iniciativa de esta anciana, Elías fue sometido a terapias en una escuela especial en San Marcos para ayudar a que su cuerpo recuperara el movimiento, principalmente de sus piernas y brazos. Ahora «ha estirado un poquito más los piecitos, mueve las manitos, busca cómo moverse, algo que antes no hacía y no se sentaba, pero ahora él ya se sienta y se mueve», relata Victoria con entusiasmo, mientras el pequeño levanta con entusiasmo sus manos y ríe, siendo la expresión más pura y clara de la felicidad que hay en él
A pesar de su avanzada edad, todas las mañanas busca encender el fogón para preparar el café y desayunar con pan. Lava la ropa, asea la casa, cocina en el fuego la comida favorita de Elías que es sopa.
Lugar donde cocina doña victoria
«Mi mayor necesidad es componer mi casita y la comida, tuve bastante tiempo sin nada y buscando ayuda», comentó la anciana.
Victoria es madre de cinco hijos -cuatro varones y una mujer de quienes no recibe ayuda para su alimentación diaria.
«Todos son independientes, uno es el que me viene a ver. Yo no les pido porque ellos tienen sus hijos, son harina de otro costal».
Victoria nació un 25 de abril en medio de necesidades, pero junto a gente muy trabajadora y honrada. Cuidó a su madre hasta el día de su muerte. Trabajó vendiendo frutas en el mercado de Diriamba, Carazo, y en Masaya. Desde que adoptó a Elías a quien considera su hijo y por quien lucha para brindarle las condiciones de vida que necesita dejó el trabajo y sobrevive de la ayuda de la gente.
Si usted desea colaborar o hacer llegar su donativo puede contactarse a su número de celular 7852-2241. Ella habita en el barrio Los Mairenas en el municipio de San Marcos, en Carazo.
Actualmente, el pequeño Elías necesita de leche Ensure, pañales desechables talla XG4 o XG5, ropa, Gerber, o bien dinero en efectivo para las compras diarias de pollo y verduras para su sopita ya que no tiene refrigerador, además de que doña Victoria podría costear los servicios de Agua y energía eléctrica.