Innovar en el sector de emprendedores y competir con los más grandes y antiguos pasteleros del departamento de Carazo, nunca estuvo en la mente de Danilo Valerio Pacheco; un diriambino que trabajaba como consultor nacional e internacional de turismo.
En el año 2012, la situación turística en Nicaragua inició a declinar y las empresas cooperantes empezaron a abandonar el país, situación que lo dejó sin trabajo y sumió a su familia en una crisis económica, ya que después de ganar entre dos mil y cinco mil dólares mensuales, se tuvo que adecuar a vivir con las pocas ganancias que genera su pequeño negocio.
“Dulces tentaciones diriambinas'', así fue nombrada su pastelería, la cual funciona en su casa de habitación con el trabajo decidido de su esposa y sus dos hijas.
Su mayor herramienta de ventas ha sido el delivery gratis y las redes sociales desde donde recibe buena parte de sus pedidos diarios.
“Mi esposa estudió pastelería y cocina. Siempre preparaba cosas riquísimas para la familia. Al cerrar las empresas que eran mis clientes, tuve que salir hacia Panamá, es en ese tiempo que ella me sorprende con la noticia que ya estaba vendiendo pasteles y que ese sería nuestro negocio. Así iniciamos y poco a poco fuimos creciendo”, recordó Danilo Valerio.
Mientras su esposa junto a sus hijas realiza las dulces delicias, Danilo se encarga de entregar los pedidos que reciben a través de su página de Facebook, en su único medio de transporte; una bicicleta de carrera que adquirió cuando tenía buenos ingresos económicos.
Degustaciones gratuitas
Como una estrategia para incrementar sus ventas, ofrece a los clientes que visitan el negocio pequeñas porciones de los productos que elaboran diariamente en una degustación gratuita que casi siempre termina en una exitosa venta.
Para Claudia Bendaña, quien es la que elabora los postres y pasteles, lo más importante es utilizar productos de calidad combinados con las recetas antiguas que ya casi nadie utiliza.
“Para mí no ha sido fácil porque he sido muy enferma, pero me gusta lo que hago y sobre todo lo hago cuidando a las personas, utilizando productos de calidad y aunque son más caros los clientes sienten la diferencia en los pasteles”, comenta Bendaña.
Entre los productos más buscados están las tortas de chocolate, la sopa borracha, tres leches, piña volteada y pio quinto.
Para la familia Valerio Bendaña no ha sido nada fácil mantenerse en el mercado. Sin embargo, día a día tratan de innovar y realizar con esmero sus productos para lograr mantener la calidad.
Se contagiaron de Covid- 19 y sus ventas bajaron
“Resurgiendo como el ave fénix'', así se describe Danilo tras haber superado la Covid- 19, enfermedad que casi lleva a la muerte a su esposa.
“Tuvimos que parar el negocio porque mi esposa estuvo muy mal con el virus, estábamos prácticamente sin nada porque es ella quien hace todo, con la ayuda de las niñas. Yo prácticamente soy el vendedor. Todo se nos vino abajo pero hace pocos meses empezamos de nuevo”, añadió Danilo Valerio.
Con ventas al detalle y por encargos empiezan a levantar el negocio que ha sido por más de cinco años el único sustento de esta familia diriambina, quienes se han convertido en un icono por su perseverancia, su esmerado, riquísimo y talentoso trabajo familiar.
