El profesor Argüello se desempeñó como en diversas instituciones formativas y llegó a ser director del Instituto Nacional Diriangén, en Diriamba. En 1999, aunque ya no estaba en funciones en ese centro educativo, los estudiantes del quinto año le dedicaron la promoción.
Una vez que se retiró de las aulas de clases, dedicó todos sus esfuerzos a la promoción cultural, se empecinó en promover la lectura y sobre todo recopilar la esencia de la historia y la cultura diriambina.
El profesor Octavio, como muchos lo llamaban a secas, fundó la revista Mankeme, un compendio de artículos referidos a los orígenes etimológicos del nombre de la ciudad de Diriamba, a sus costumbres y también a las leyendas autóctonas.
Asimismo, el profesor Argüello prestó especial atención a la vida en las zonas rurales de la ciudad y dejó testimonio en sus diversos números de los petroglifos descubiertos en algunas de las comunidades.
También logró presentar un compendio de historias de escritores diriambinos y en este sueño estuvo acompañado por connotados personajes de la ciudad, amantes de la literatura.
Asimismo, también tenía activo el sitio letras y culturas diriambinas, en donde hacía el incansable trabajo de promoción cultural.
Muestras de pesar
La noticia tomó por sorpresa y estremeció a quiénes fueron sus alumnos y amigos, por lo que en redes sociales han manifestado sus muestras de pesar y condolencia hacia su familia.
No se conocieron detalles sobre sus honras fúnebres, sin embargo, está pérdida indudablemente es irreparable para la cuna del Güegüense, pues ha perdido a uno de sus hijos más fieles a la esencia diriambina, de la cual manifestaba sentirse muy orgulloso.
Descanse en paz el maestro, el investigador acucioso y el historiador apasionado.
