Además de que no cuenta con un techo digno en su lugar de trabajo, por lo que queda expuesto a las condiciones climáticas.
“Estoy hecho al sol, estoy hecho a la lluvia, no me pasa nada, vengo a las 8 y me voy a las cuatro”, manifestó don Miguel Ángel.
No tiene casa propia ni familia
Antes de dedicarse a la digna labor de zapatero, este ciudadano trabajaba acarreando mercadería en un carretón a las personas que solicitaban su servicio en el mercado antes mencionado, pues refirió a este medio de comunicación que no tiene hijos ni familiares, que es solo, además de que no cuenta con una casa propia, por lo que tiene que recoger para pagar el alquiler de donde habita.
En promedios, son alrededor de 50 personas que se dedican a la zapatería solo en la ciudad de Jinotepe, y que al igual que don Miguel, están expuestos a altas temperaturas de sol, al igual que la lluvia, en su mayoría se apostan en el parque central de Jinotepe.