Mientras sonaban las campanas de la Parroquia Santiago, anunciando la misa de cuerpo presente, un nutrido grupo de motociclistas encendieron su medio de transporte en las afueras del templo.
Los amantes de este tipo de vehículos, tanto de la cabecera departamental como de otras zonas del país, acompañaron al ahora fallecido en este nuevo viaje.
Después de que el féretro decorado con diferentes logotipos de clubes de motociclistas era transportado en un camión blanco, cuando llegó hasta el camposanto, sus compañeros, quienes vestían las características chaquetas, guantes y lentes negros, lo bajaron y cargaron su ataúd hasta el lugar donde sería enterrado.
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Manuel Bustos Bermúdez, ingeniero agrónomo y reconocido motociclista del “Club Vaqueros”, de Jinotepe, murió producto de las lesiones provocadas en un accidente de tránsito en la ciudad.
"El día de hoy me doy cuenta que mi hermano era muy grande y dejó algo sembrado en cada uno de ustedes, sobraron brazos para cargarlo. Mi hermano se va de este mundo para encontrarse con la mujer que más amó y no le vamos a llorar, ese hubiese sido su deseo. Las cosas se hicieron como él hubiera querido", expresó con la voz quebrantada su hermana.
El accidente que le costó la vida
El hecho que provocó la muerte del ingeniero agrónomo, miembro responsable de la seguridad del Club Biker “Vaqueros” e hijo de la también fallecida y reconocida maestra del Instituto Manuel Hernández Martínez, Lucina Bermúdez, se registró en horas de la noche del pasado 05 de agosto, cuando su motocicleta impactó contra un taxi, placa CZ-007 , cerca del lugar conocido como El Calvario.
Él llevaba como como pasajero a Juan de Dios Sánchez, de 32 años, quien resultó con una fractura en el pie izquierdo. De acuerdo con pobladores que habitan cerca del lugar, el ahora fallecido se encontraba en coma y debido a su condición lo trasladaron al hospital capitalino Antonio Lenín Fonseca.
En las fotografías del accidente se aprecia que Bustos, quien actualmente no estaba ejerciendo su profesión, quedó inconsciente en la calle. Los médicos del centro asistencial hicieron todo lo posible por salvarle la vida, pero horas después se rindió ante la muerte.
"Descanse en paz, descanse mi bro, porque vaqueros son y en el camino andan". "Será hasta pronto, pequeño", se leía en las reacciones de algunos de sus amigos y conocidos.
