Aunque Julio Ausencio Hernández Mendieta no solo se dedica al perifoneo, su voz grave está relacionada con los difuntos y cuando suena a través del parlante, mientras él recorre las calles en su vehículo, si el televisor está encendido, en muchas casas, piden inmediatamente que le bajen el volumen, pues quieren saber quién es la persona que murió.
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En su casa esquinera, como acostumbran a referenciar en el país, tiene habilitado un espacio con el equipo necesario para realizar sus grabaciones. Ahí toma asiento, enciende la computadora, se acerca al micrófono, prepara su voz, la modula y empieza...
"Nota de duelo, el señor Luis Adolfo Medal López ha fallecido. Su mamá, Rosario López Calderón. Sus hermanos, Cándido Alberto, Reina López y José Aquiles López. Sus sobrinos y demás familiares invitan a su vela esta noche en su casa de habitación, del portón de la Morgue media cuadra al sur, media al oeste y sus funerales mañana en la iglesia parroquial Santiago, por su presencia la gratitud de la familia doliente. Luis Adolfo Medal López…", lee en una hoja que sostiene en sus manos.
Amante de la radiodifusión
A diferencia de muchos países, en Nicaragua es particular que en los departamentos un perifoneo recorra las diferentes calles para anunciar a los muertos, y es una práctica que data desde hace varios años.
En el caso de Hernández, quien nació en 1951, inició con el perifoneo a los 17 años, debido a la radio, una de sus más grandes pasiones, pues su padre, también llamado Julio Hernández, compró en 1962 Radio Diriamba y la trasladó a Jinotepe, como Radio Ondas del Sur, la cual salió al aire el 1° noviembre de ese año.
"Él falleció, digamos hace diez años, entonces yo quedé a cargo ya como Stereo Sur. La am desapareció en el 2000, desapareció las Ondas del Sur y solo nos quedamos como Stereo Sur. Ahí inició mi afán por la radio", dijo Hernández.
"Eso mismo me lo dio la radio. Comencé a la edad de 17 años, más o menos, en 1968. Ya para lo del terremoto (de Managua) ya andaba con lo del perifoneo, voluntariamente la alcaldía, que la comandaba don Tomás Guevara, solo me brindaba para el combustible, haciendo un llamado para las emergencias y los damnificados", agrega.
En ese momento, el costo del perifoneo rondaba entre los 20 y 25 córdobas, comenta.
"Por la radio me metí en lo del perifoneo, había unos laboratorios que se anunciaban en Radio Ondas del Sur, pero el señor se vio imposibilitado de pagar la cuenta y le ofreció a mi papá darle unas bocinas amplificadoras y ahí empecé a ponerle a un carrito que teníamos y a comenzar, aquel tiempo valía 20 córdobas, 25 córdobas la hora y dominamos por muchos años el mercado del perifoneo, en Carazo, Jinotepe, la zona sur, incluso la zona norte. Fui a trabajar hasta Estelí, Matagalpa, a estarme cuatro o cinco días allá y gracias a Dios con eso sacamos adelante a mi familia", comparte Hernández.
Durante todos los años que lleva con esta actividad, que le genera parte de los ingresos con los que ha podido sostener a su familia, recuerda que una vez anunció a una persona que todavía no había muerto.
Anunció a un vivo
"Hubo una vez, anuncié un fallecido, pero no había muerto, vino la familia y decía nooo, nooo, no ha muerto, pero ya había salido, como a los tres días murió. Cuando quisieron detener el perifoneo yo andaba en las calles", relata mientras ríe.
Antes recorría las calles desde la 7 de la mañana hasta las 7 siete de la noche, cubría Masaya, Nandaime, San Marcos, Diriamba, pero ahora debido a la pandemia y a que en cada ciudad ya hay perifoneo, recibe menos anuncios, alrededor de dos por día.
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"Ahora es poco, por la misma situación económica ahora son dos, día de por medio", dice el padre de tres hijos; Julio César (médico), José Luis (graduado en Relaciones Internacionales) y Ángela Belén (Administradora de empresa).
Actualmente, además del perifoneo y de la radio, también se dedica a la política, es concejal del partido Ciudadanos por la Libertad, aunque fungió como vicealcalde en el año 2000 en el periodo del fallecido excalde de Jinotepe, Tomás Guevara, a la vez se desempeñó como secretario político departamental del Partido Liberal Constitucionalista.
"Que me recuerden. Soy licenciado en administración de empresas, me metí de político, fui secretario departamental de gobierno, fui vicealcalde de Jinotepe, ahora soy concejal, voy por mi segundo periodo, aunque no nos gusta la reelección", dice mientras viste una camisa verde.
Sin embargo, dice que mientras la voz le dé, continuará con el servicio del perifoneo o anunciando a los muertos a 400 córdobas la hora, recorriendo las diferentes calles del departamento para que se escuche el particular "Nota de duelo" en su distintiva voz.
