Nos comenta que en 2001, por primera vez viajó a Veracruz de Acayo, donde quedó enamorada y desde ese día espera con ansias la llegada de tan apreciable viaje para ver a Santiago en la mitad de su recorrido en la demanda mayor.
Su andar con Santiago tiene alrededor de 30 años, pero 20 de que lo acompaña donde según la historia el barco naufragó (Mar de Veracruz de Acayo) ante la tempestad y para disminuir el peso las dos cajas gigantescas fueron lanzadas al mar donde iban Santiago y San Sebastián, el primero se quedó para siempre en Jinotepe.
Sin embargo, este año sería la excepción, nos comenta muy apesarada Karla, aunque consciente del hecho de que si no se realizan las actividades tradicionales de las fiestas patronales de Santiago es para evitar más contagios entre los fieles católicos.
Esta señora se prepara con varios meses de anticipación para llevar los deliciosos nacatamales a Veracruz de Acayo, este año los cerdos que engorda para su elaboración aun los conserva y piensa venderlos para comprar más para el próximo año.
Ha sido mayordoma
"Primero que nada está la parte de la familia, la parte de todos los cristianos de todos nosotros que tenemos que evitar esta pandemia, entonces agradecerle a Dios por estar siempre con salud y que Santiago nos lleve a que pronto termine todo esto, para poderlo celebrar como todos los años, como siempre lo hemos venido celebrando y nos dé salud para que el próximo año podamos realizar todas sus festividades con más agradecimiento”, manifestó Karla.
Karla ha sido mayordoma de Santiago un sinnúmero de veces y guarda con mucho recelo cada una de sus bandas de mayordomía, por su hogar pasa cada 25 de julio, día en que el santo recorre casi todo Jinotepe y de igual manera hace repartición de comida a los fieles que lo acompañan.
Su devoción por el patrono la heredó de su padre Carlos Zúniga, quien no se perdía ningún tope, ninguna procesión.